En días lluviosos como el de hoy recuerdo aquellas tardes frías y lluviosas de fines de semana, cuando aún vivía en casa de mis padres, y era un adolescente ocioso y distraído.
Me vienen a la memoria como justo después del almuerzo mi padre solía encender la chimenea y sentarse junto al calor del fuego, con sus papeles y pentagramas, mientras en la televisión echaban los documentales de La 2. Mi madre solía, después de recoger los platos del almuerzo, darle que te pego a los pedales de la máquina de coser al mismo tiempo que mi hermana parecía dividir todo su tiempo encerrada entre el cuarto de baño y su cuarto. Todos teníamos nuestros quehaceres.
Me vienen a la memoria como justo después del almuerzo mi padre solía encender la chimenea y sentarse junto al calor del fuego, con sus papeles y pentagramas, mientras en la televisión echaban los documentales de La 2. Mi madre solía, después de recoger los platos del almuerzo, darle que te pego a los pedales de la máquina de coser al mismo tiempo que mi hermana parecía dividir todo su tiempo encerrada entre el cuarto de baño y su cuarto. Todos teníamos nuestros quehaceres.
Mi hermano, que era mayor, se enclaustraba en nuestro cuarto común a hincar codos, preparando su futuro, que es ahora su merecido presente, mientras yo, derrochaba mi tiempo sentado cerca del equipo de música con los auriculares a todo gas, agarrados a mis orejas, aislado de todo y de todos. Tan sólo volvía a la realidad cuando mi hermano aparecía escaleras abajo para despejarse la cabeza después de tanto estudio, y yo, entonces, dejaba todo lo que estaba haciendo e iba tras él. Loco porque jugara conmigo a lo que fuese. A piedra papel tijera, a los chinos o simplemente me sentaba en el sofá junto a él . Mi madre tenía puesta la tele viendo cualquier película programada de Paco Martínez Soria, mientras mi hermando y yo, sentados con las piernas cruzadas y enfrentadas, de manera que inconscientemente chocábamos las suelas de los zapatos. Lo hacíamos a ritmo, disfrutando de algo tan tonto y simple, pero juntos, que al fin y al cabo es lo que nos hacía felices.
2 comentarios:
Hola Salva!
Solo por curiosidad, en la foto que has puesto, los que aparecen ¿tu hermano (el grande) y tú (el pequeño)?
La verdad es que siempre está eñ dicho de cualquier tiempo pasado fue mejor, pero no lo creo...
Un abrazo!!
Efectivamente, mi hermano es el que está de pie detrás de la trona y yo el chiquitín.
En mi caso no es que "cualquier tiempo pasado fue mejor" pero sí colecciono, afortunadamente, momentos bonitos que revivir.
Un abrazo
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