
Pero como todo en la vida la crisis tiene dos caras, una triste y desafortunada que es la que pagará los platos rotos de aquellos que son verdaderamente los encauzadores del estropicio, que por otro lado serán los que sacarán zumito fresco y vitamínico de esta fruta podrida que nos han echado encima.
Así que si ustedes están en la parte jodida del pastel, y no son de esos que tienen una afilada sonrisa en sus caras. Lo siento de verdad. Están igual de fastidiados que yo. Así que sólo queda apretar los dientes, mirar hacia delante y esperar que el viento cambie y sople a favor.
Ánimo.
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