Vaya racha que llevo. Primero me caí escandalosamente en Casarabonela lesionándome el tobillo. Nada más llegar a casa me salió una rebelde urticaria, seguidamente tuve una gastroenteritis galopante, hace dos semanas una otitis de caballo -se veía venir- y el lunes pasado se me inflamó la dichosa campanilla. No es coña. Y desde ayer estoy todo el día sonándome los mocos, y gracias, porque prefiero 100 días de mocos que 2 de otitis. Pero por si todo esto fuese poco estoy en tratamiento del asma además del esófago de Barrett.
A pesar de tanto cúmulo de atentados contra mi salud sigo en pie de guerra. ¡Qué remedio! Por eso, siempre me repito, intentando así levantarme el ánimo, que lo que no me mata me hace más fuerte.
Aun así, por si acaso, pido en este blog que si hay alguien que me está poniendo la pierna encima o practicando vudú conmigo, que cese, que ya he pagado, que por favor me abandone a mi mala suerte y que se enquiste con otro. Y que maldita sea su estampa y que el Diablo lo ponga mirando pa' Triana.
A pesar de tanto cúmulo de atentados contra mi salud sigo en pie de guerra. ¡Qué remedio! Por eso, siempre me repito, intentando así levantarme el ánimo, que lo que no me mata me hace más fuerte.
Aun así, por si acaso, pido en este blog que si hay alguien que me está poniendo la pierna encima o practicando vudú conmigo, que cese, que ya he pagado, que por favor me abandone a mi mala suerte y que se enquiste con otro. Y que maldita sea su estampa y que el Diablo lo ponga mirando pa' Triana.
2 comentarios:
Chico, es verdad, vaya rachita...
Voy a ver si encuentro algún talismán o fuerza sobrenatural que te quiete de encima ese mal fario...
¿Cuando fue la última vez que le dijiste no a una gitana con ramitas de romero?
En serio, vamos a ver si te hago un conjuro positivo!!!
Ahora que lo pienso, creo que hace bastante tiempo que digo no a una ramita de romero. Creo que toda la vida.
Saldré a la calle en busca de romero.
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