miércoles, 3 de septiembre de 2008

Animula, vagula, blandula

Así se titula el primer capítulo del libro Memorias de Adriano, escrito por Marguerite Yourcenar, una novela publicada en Francia en 1951 tras un largo trabajo de toda una década. En ella se recrea la vida y la muerte de una de las figuras más importantes del mundo antiguo, el gran emperador romano Adriano.

En cierta carta de Flaubert, la autora, encontró esta frase: "Los dioses no estaban ya, y Cristo no estaba todavía, y de Cicerón a Marco Aurelio hubo un momento único en el que el hombre estuvo solo." Un momento único en el cual Adriano era emperador de Roma, un semidios, un hombre culto, yo diría que sabio.

La traducción de la edición del libro que yo he leído es de Julio Cortázar, lo cual ya es una garantía. Sinceramente no creo que exista otra traducción mejor. Libro que, por cierto, compré en el mercadillo por 1 euro.

Recomiendo leerse el libro, pero he de advertir que no es para todos los públicos, es necesario tener predisposición por la filosofía, el arte, pero sobretodo por la historia.

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