domingo, 10 de marzo de 2024

Supersuckers en el Louie Louie (Revisited)

Que los viejos rockeros nunca mueren es una de las frases más manoseadas de la historia de la música, y es tan manoseada porque, en parte, es cierta. Es posible que Supersuckers no sean tan viejos como para que se les pueda atribuir tan severa sentencia, pero al ritmo que van (crucemos los dedos) tienen pinta de que nos van a durar para largo.

Supersuckers volvían al Louie Louie Rock Bar de Estepona y no me lo quise perder. Nunca es un mal día para ver a los de Arizona, y menos un viernes y a sólo una hora en carretera de casa. Habían planeado una extensa gira de ocho conciertos por España, empezando por Bilbao y pasando por San Sebastián, Vitoria, Logroño, Santander, León, Madrid, Jerez, Estepona, Valencia y terminar en Barcelona. 

Vinieron con el mismo formato que las veces anteriores. El trío formado por Metal Marty a la guitarra, Christofer "Chango" a la batería y Eddie Spaguetti a la voz y al bajo. La gira había tenido sus altas y bajas por el fastidioso Covid. Pero finalmente pudieron llevarlo a cabo, aunque fuese con retraso.

Los que conocemos a la banda desde hace años y los seguimos habitualmente tuvimos mucha suerte con el setlist porque lo variaron mucho de la vez anterior. De memoria creo que repitieron sólo tres canciones. Éste fue un concierto para todos aquellos que los seguimos desde hace años, y especialmente a los que amamos sus primeros discos. Comenzar con Caliente fue un guiño castellano a la gira, siguieron canciones tan poco habituales como On the couch, Sugie o She's my bitch. Disfruté especialmente con Santa Maria High y 'Till I die. Hubo un tramo que cantó Metal Marty que venía con un disco debajo del brazo y quería promocionarlo. Terminaron con Rocket 69, Pretty Fucked Up y su éxito Born with a tail. En esta ocasión tan sólo interpretaron una versión I can't hold myself in line

Fue un concierto rebosante de energía, como en ellos es habitual. No hay fallo. Si vuelven, pueden estar seguros que haré lo posible por estar ahí, porque Supersuckers no defraudan nunca. 


sábado, 2 de marzo de 2024

Alicia en casa

Ya he comentado antes por este blog que en marzo de 2023 Sofía hizo un intercambio cultural en la asignatura de francés con otro instituto de la localidad de Rouen, en la Normandía francesa. Primero ella fue allí, donde la acogieron una familia francesa durante una semana y unos pocos meses más tarde nosotros acogimos en casa a Clélia, a la hija mayor de la familia. En total las dos hicieron dos semanas de interacción. Allí en Rouen se supone que hablaban la mayor parte del tiempo en francés y aquí en español. Y más o menos, por lo que yo pude observar, lo cumplían en un alto porcentaje.

Quieras que no las chicas se van conociendo, y se van haciendo amigas. Y en el caso nuestro particular, Sofía congenió también con la hermana pequeña de Clélia, Alicia, que según nos contó era una niña muy cariñosa y divertida y que ambas se llevaban fenomenal. Sofía nos dijo en varias ocasiones que Alicia estaba loca por venir, y como hablando se entiende la gente, al final así sucedió. 

Acordamos unas fechas con sus padres y en febrero encontramos los días apropiados para todos. Como Alicia es menor y no venía alrededor de un intercambio organizado, sino que era un viaje particular, vino la madre a acompañarla porque no quería volar sola. La madre decidió volverse el mismo día, tan sólo le dio tiempo a almorzar algo típico en el chiringuito donde la llevamos, después de comer ya casi que era el momento de coger el vuelo de vuelta a París. Lo que se conoce como una visita exprés. Al menos acordamos que en la vuelta pasara una noche, y así no tuviera que darse tanta paliza.

No había excursiones preparadas, ni viajes organizados con el instituto, como era lógico, por eso nosotros nos quisimos encargar de preparar cosas para ella. Al día siguiente de su llegada fuimos a Nerja porque Miguel tenía un partido de su equipo (cadete de tercera, ganaron 0-4), seguidamente, como hacía un día estupendo visitamos Nerja, con su formidable balcón de Europa y la extraordinarias panorámicas que allí se pueden contemplar. Almorzamos por el centro y echamos el día allí.

Teníamos muchas actividades preparadas, cosas que Sofía le había contado que podíamos hacer y entre las dos se pusieron de acuerdo, y Pepi y yo dimos el visto bueno a lo que nos pareció apropiado. Un día  fuimos a desayunar churros con chocolate y seguidamente nos acercamos a Málaga, a patear todo el centro, visitar la catedral, tomar tapas, incluso un helado en Casa Mira y visitar una exposición de Eduardo Gruber en el CAC . Otro día subimos a Mijas, a disfrutar de las vistas. Otro a Córdoba a echar el día e incluso visitamos la Mezquita y probó un salmorejo cordobés o la tortilla en Santos. Otro día Alicia y Sofía fueron al Biopark, zoo de Fuengirola. ¡Se hincharon a helados! Y bueno pasamos unos días haciendo cosas un poco distintas, algo así como si fuéramos turistas residentes, hasta que finalmente vino su madre a recogerla y esta vez sí que pudo quedarse una noche con nosotros en casa y pudimos al menos pasear por Málaga esa noche.

Alicia es una niña muy alegre, y aunque al principio estaba algo tímida, poco a poco se fue soltando, y nos mostró lo dulce y cariñosa que es. Hicimos todo lo que pudimos porque lo pasara bien, y creo que se lo pasó estupendamente.


domingo, 25 de febrero de 2024

El camino de los ingleses - Antonio Soler

Es posible que El camino de los ingleses sea el libro más famoso de Antonio Soler, es posible también, que esto se deba, en parte, al empuje que una película (cuando es buena) da a un libro, y más especialmente si la película está dirigida por alguien con la fama internacional del malagueño Antonio Banderas. Lo cierto es que la novela no necesitaba ese empujón, ya venía de ganar el Premio Nadal, y Antonio Soler ya era un escritor reconocido y contrastado antes de escribir esta novela. En 1996 había recibido el Premio de la Crítica por su novela Las Bailarinas muertas,  y en 1999 el Premio Primavera con su siguiente novela El nombre que ahora digo. Credenciales suficientes para no necesitar nada más.

Comentó Antonio Soler en una entrevista que Antonio Banderas lo llamó, pasaron el día juntos, y que lo convenció, algo que según comentó el autor no era de extrañar, pues por todos es sabido que Banderas es famoso por su poder de seducción. La premisa era que Banderas tenía la intención de dirigir la película, pero quería que Soler escribiera el guion. Antonio Soler ya había trabajado antes como guionista y por lo tanto tenía experiencia, además era su novela. ¿Quién mejor? Ya digo que Antonio Soler accedió. Lanzó su novela, como si de un jarrón se tratase contra el suelo, y recogió los pedacitos que consideró y con ello montaron el guion, que fraguó en una película que se estrenó en 2006.

Es una novela ambientada en Málaga, donde unos jóvenes con un aire proustiano viven en ese momento en el que se comienzan a perder la inocencia, e inician su camino por la vida adulta. Los primeros trabajos, los primeros besos, sus relaciones, sus sueños... Es un libro coral, trágicamente divertido en el que el autor construye la identidad de una generación a través de unos personajes tan inesperados como extravagantes.

miércoles, 21 de febrero de 2024

Jay-Jay Johanson en Málaga

Me enamoré perdidamente de una canción. Me pasa a menudo. Me engancho a una melodía y ya no hay manera de sacármela de la cabeza. Haga lo que haga, está ahí, presente. En esta ocasión además era una canción extraña para mí. Quiero decir que se salía bastante del tipo de canción que habitualmente me hace cerrar los ojos y soñar. Normalmente esto lo consigue una canción de rock, con grandes voces, y guitarras contundentes y frecuentemente con rotundos y virtuosos solos de guitarras. Así me ha pasado multitud de veces. Desde la rebelde Cult Personality de los americanos Living Colour hasta el Walk On de la banda sueca Graveyard.  Uno tiene sus gustos y por mucho que quiera no puede esquivarlos. Las cosas son como son. Es simple.

Pero últimamente estoy observando que mis gustos, aunque siguen paseando alrededor del rock, se ven de vez en cuando distraídos por otros tipos de estilos. Y a pesar de que siempre he estado muy a favor de escuchar nuevas músicas y abrirme a estilos distintos, el tipo de canción que me atrapaba por los cuatro costados siempre eran del mismo palo. Pero esta tendencia o querencia ha ido cambiando últimamente, no es nada ni buscado ni premeditado, simplemente ocurre. Recientemente quedé prendado del candoroso tema de Lana del Rey, Margaret, y anteriormente por la tremenda maravilla que es El Manantial de Los Planetas. No puedo escuchar estas canciones sin sentir una emoción sobrecogedora.

La última canción que me tenía agarrado de un lazo, como un dueño pasea a su perro, fue la canción Smoke de Jay-Jay Johanson. Una canción con una base casi funky, con un toque jazz y una voz casi susurrada. No sé qué pasó, no lo sé. No puedo explicarlo. Sencillamente ocurrió, me encanta. 

Una canción te lleva a un disco y a un cantante, y esto a su vez, a veces, a otros muchos. Para mi sorpresa mientras yo estaba envuelto en el cálido humo de la canción,  anunciaron un concierto de Jay-Jay Johanson en Málaga. No podía faltar.

Esperé un tiempo por si alguien se quería apuntar conmigo, pero como nadie estaba por la labor, y a mí no me gusta convencer a nadie, ni estar en un concierto que a mí me emociona mirando el reloj, así que me dediqué a ir mirando día a día la web de venta de las entradas, para así comprobar que aún quedaban entradas a la venta en la web, y cuando ya quedaban pocas, no quise esperar más. Me decidí finalmente a ir solo. Compré una entrada suelta que había en una esquina de la primera fila. Como un niño con zapatos nuevos me planté en Málaga. 

Paseé por el centro de Málaga, con los auriculares puestos, la canción me llevaba, me guiaba. La gente iba andando de aquí para allá, yo flotaba frente a construcciones de otras civilizaciones como La Alcazaba o el Teatro Romano. Me senté a disfrutar de las vistas. Saber que en unos minutos podría escuchar al intérprete sobre un escenario tocar la canción, me tenía sobrecogido de emoción. 


domingo, 18 de febrero de 2024

Sofía en Roma

Una de las primeras consecuencias de que los años van pasando es que todos nos vamos haciendo mayores. Pepi y yo nos acercamos vertiginosamente a lo que se suele llamar amablemente la madurez, mientras que mis hijos pisan con suficiencia y elegancia la juventud. Las cosas como son. Ya me gustaría a mí estar en su lugar, especialmente en el de Sofía, que en estos días está de viaje de fin de curso por Roma y nos manda fotos que nos ponen los dientes largos. Es inevitable. ¿A quién no le gustaría visitar Roma o Pizza con diecisiete años? Yo, por ejemplo, a mis cincuenta y pocos aún no he visitado Pizza. 

Amo Italia, pero sólo he estado en dos ciudades: Roma y Venecia. Circunstancias de la vida. Mi mujer  visitó Italia en su viaje de fin de curso del Instituto, hizo un tour recorriendo el país que ni ella recuerda bien qué ciudades visitó (en esa época las fotografías eran escasas), así que durante un tiempo decidimos intentar no repetir lugares que ya conocíamos, pero ya el año pasado ya llegó el momento de poder visitar ciudades italianas. Ahora, a ver si la economía nos lo permite, aunque está complicado porque estos viajes de nuestros niños están realizando con sus institutos, aunque salgan económicos, no son gratis y alguien tiene que pagarlos.

Costeamos estos viajes con algo de envidia y también con la satisfacción de darles la oportunidad de hacer cosas que nosotros también hicimos y que, al menos en mi caso, han tenido un eco importante en nuestras vidas. Son vivencias irrepetibles y aunque ellos ya han viajado con nosotros, y muchas de las cosas que van a hacer, ya las han vivido, van a ser repetidas, ahora tienen la posibilidad de hacerlas por sí mismos, o casi. No con la supervisión constante de unos padres. 

Si no recuerdo mal mi primer vuelo fue a los dieciséis años, Pepi creo que incluso algo después. Tengo un movido recuerdo de mi primer vuelo en avión, pero es una larga historia que mejor cuento otro día por aquí. Ellos por suerte, o por las posibilidades actuales de encontrar vuelos a precios asequibles, han volado muchas veces y desde niños.

La novedad en realidad de esta entrada de blog, a lo que yo venía a poner mis ideas en orden aquí, es que Sofía está en Roma y como la echo mucho de menos, camino mis días entre nostálgico por no estar allí con ella, pero al mismo tiempo ilusionado porque sé que lo está pasando estupendamente. Esta casa sin ella está algo vacía. Falta algo, y es que Sofía se hace escuchar. Por eso ando algo apenado porque echo de menos por casa el derroche de energía que ella va despidiendo por donde quiera que va.  Es mi hija pequeña y eso lo será por siempre jamás. Antes se erosiona el Everest a que eso cambie.

Pd: Ardo en deseos de saber qué cosas se trajo en su cabeza desde su viaje italiano.



domingo, 28 de enero de 2024

Cala Vento en La Trinchera

Venía a Málaga la banda catalana Cala Vento, aunque esta vez cambiaron de local. Las dos veces anteriores yo los había visto en el Theatro Club, donde siempre habían llenado hasta la bandera.  También los disfruté, aunque fuera de la capital, en el Festival Cala Mijas. En esta ocasión tocaban en una sala de más tamaño, en la La Trinchera. Siempre me apetece ver a Cala Vento pero tras el festival donde los setlists suelen ser algo más breves, me dejaron con un poco más de ganas. Es lo que pasa con los límites de horarios tan habituales en los festivales. Para que entren todos, hay que apretarse.

Ocurrió que Iker tenía un par de entradas con invitación VIP para la Trinchera, una especie de balcón que hay sobre la entrada. Yo ya había estado antes ahí y no tuve queja del sonido, pero quieras que no tenía un poco de reservas de cómo se podría escuchar allí arriba, pero lo cierto es que sonó de maravilla. Por una parte hubiera preferido verlo abajo todos juntos, porque vinimos junto a Francisco y a Óscar, pero también era una oportunidad aprovechar para verlos desde allí, donde nos encontramos con Adolfo Díaz (cantante y guitarra de la banda de Estepona, Airbag) y Eric Jiménez (batería de bandas como Lagartija Nick o Los Planetas). Fue divertido compartir sala con ellos, especialmente con Eric que no paró de hacer el ganso.

De teloneros tocaron Austin TV, una banda mejicana instrumental de post rock que comparte sello discográfico con el dúo catalán, que calentaron el ambiente perfectamente para el concierto de Cala Vento. Tras su concierto se subieron al balcón para ver el concierto al lado nuestra.

Cala Vento fue salpicando las canciones de su último disco, Casa Linda -del que tocaron todos sus temas- con muchos de sus temas más conocidos de los discos anteriores, especialmente su anterior disco Balanceo. Temas como Un buen año, Todo, Abril o la reciente Ferrari o una canción que me encanta: Conmigo, consiguieron que pasáramos un rato estupendo, que es de lo que se trata.

Al final del concierto, en la zona donde venden merchandising nos hicimos una foto con ellos. Lo pasamos estupendamente.


lunes, 22 de enero de 2024

Colomares - Revello de Toro

Basta que una cosa sea accesible para que pierda interés. No digo que siempre sea así, pero muchas veces lo es. Al menos a mí me pasa.

Cerca de casa, en la localidad vecina de Benalmádena, está el Castillo Monumento de Colomares, tan cerca, tan fácil de visitar, que siempre vamos postergando la visita para otro día. Es como si lo cercano pudiera esperar indefinidamente. Siempre se encuentra algo mejor que hacer, algo más "especial" para visitar, si un día que no tengamos nada que hacer nos acercamos, cualquier día de estos lo visitamos... y casi sin darte cuenta van pasando los días, los meses y también los años. 

Pero ocurrió que un día nublado de enero, por fin, lo visitamos. El Castillo Monumento de Colomares es un pastiche de estilos que parece estar escondido entre varias urbanizaciones con cuestas y curvas. Y aunque su tamaño es importante, no se ve casi hasta que estás delante. El mudéjar, el gótico, elementos del románico en conjunto crean un decorado efectista, ideal para los tiempos tan fotogénicos que nos rodean. En cada esquina teníamos que ir parando para que los niños se hicieran una foto, aquí y allá, para subir a sus estados de Instagram. El conjunto es heterogéneo pero no está falto de encanto. Fue una visita curiosa.

Algo similar nos estaba pasando con el Museo Revello de Toro. Mi mujer y yo sí lo visitamos creo que por 2013, pero los niños no. Siempre hay algo "mejor" que hacer. Así que tras las vacaciones decidimos matar dos pájaros de un tiro. Primero el Castillo de Colomares y seguidamente el Museo Revello de Toro. Es un Museo algo escondido. Está en el centro histórico, a pocos pasos de la Catedral de Málaga, en lo que fue la vivienda de Pedro de Mena, un famoso escultor  barroco de Granada, que vivió allí durante casi treinta años. Una de sus obras más reconocidas es la sillería del coro de la Catedral.

Félix Revello de Toro es un pintor español, un artista alrededor de la mujer, de la mujer como género femenino. Pocos han plasmado la belleza, la mirada, la feminidad de una manera tan sugerente y tan personal. Sus cuadros son una invitación a detenerse, a observar, a descubrir que hay mucho más de lo que se ve. Puedo decir sin miedo a pillarme los dedos que Revello de Toro es uno de mis pintores favoritos. Casi cualquier cuadro suyo tendría cabida para colgar en mi casa. Quizás la limitación más repetida sería que no tengo paredes suficientes amplias para alojar algunos de los tamaños de sus cuadros. Recomiendo mucho la visita.

martes, 16 de enero de 2024

Moonraker (1979)

Es posible que lo más característico de las películas de James Bond sean sus inicios. Siempre inquietantes, siempre mostrando una catástrofe, un desastre inminente, un siniestro irreversible, algo imposible de resolver si no es por la participación de James Bond, que siempre acude raudo y veloz a su deber cuando lo llaman. Aunque en esta ocasión algo se complica porque es arrojado de un avión sin paracaídas. Poca cosa cuando tu nombre es Bond, James Bond.

En Moonraker sale uno de los escenarios, a mi juicio, más bellos del mundo, Venecia, donde sucede una persecución en góndola motorizada. Sí, ya sé que esto suena absurdo, y en cierta forma lo es, pero ya saben, el cine está para realizar los sueños de los directores, aunque en James Bond (Roger Moore en esta ocasión) parece que sean los sueños del personaje, pues está siempre rodeado de bellas mujeres que suspiran por su apretada compañía, ya sea en la Tierra como en el espacio exterior.

Tras salir de Venecia, Bond viaja en Concorde a Río de Janeiro para un descanso y a la llegada a la suite presidencial del hotel no falta su vodka martini agitado a mano, el descanso parece asegurado pero pronto tendrá que ponerse de nuevo manos a la obra. El gigante asesino apodado Tiburón vuelve a enfrentarse al agente secreto que se las tendrá que ingeniar bien y en varias ocasiones para deshacerse de él.

En esencia James Bond siempre te ofrece lo que se espera de él: mucha acción, persecuciones en lanchas, en esta ocasión, por el amazonas, huidas en ala delta, luchas a puñetazos, con espadas, en definitiva, emoción a borbotones. Ah, sin olvidar que la banda sonora está a cargo de John Barry y la canción original Moonraker es interpretada por Shirley Bassey. 


domingo, 14 de enero de 2024

El farolero

A veces te encaprichas con la cosa más inesperada. Al menos a mí me pasa. Así me ocurrió un húmedo sábado de enero cuando decidí ir al rastro, bien temprano, en busca de libros de ocasión; libros de segunda mano con los que abaratar mis lecturas. Es un paseo de un par de kilómetros, lo suficiente para estirar las piernas y respirar aire limpio.

A un rastro se acude sin lista de la compra, a ver qué te encuentras. La sorpresa a la vuelta de la esquina. Es imposible saber qué es lo que el azar te va poner por delante. El libro que te puede tener ocupado la próxima semana puede estar esperándote... o no, porque fácilmente puedo regresar a casa con las manos vacías, y es que tienen que darse bastantes situaciones para que finalmente me decida a comprar. Por supuesto, tiene que ser que me interese, que esté medianamente bien cuidado, que no lo tenga ya (mi vaga memoria me suele fallar aquí) y que el precio sea adecuado. Esto depende de muchas circunstancias entre las que se incluyen las anteriores.

De manera que vas al rastro en busca de algún libro pero de pronto, sobre un tapete de terciopelo verde, hay una figura de broce representando un farolero que llama tu atención. Lo primero que te atrae es su pose. Está frente a una farola, con el brazo extendido, pareciera que está encendiendo la farola con la ayuda de un chuzo. El farolero va tocado por un elegante sombrero y una bufanda anudada al cuello, y desprende un perfume al aceite de las novelas de Charles Dickens. Puedes imagina una oscura y neblinosa noche en una calle londinense, cuando aún no existía la iluminación eléctrica. No sé por qué es, pero lo asocio antes a un farolero dickensiano que a un sereno galdosiano. Tampoco es importante. 

Posee algo atractivo, una ligereza estética casi de bailarina de Monet. El tamaño me parece el adecuado, no es ni demasiado grande ni demasiado pequeño y para autoconvencerme de la compra pienso que iría estupendo en la estantería de libros del dormitorio. Lo cojo entre mis manos, como pesando su valor. El vendedor me dice que es de cobre y que tiene en algún sitio un imán para comprobarlo. Le digo que no hace falta. No es su material lo que me atrae. Le pregunto si tiene algún dato de donde procede y me dice que no, que lo desconoce.

El resto lo pueden imaginar.


viernes, 12 de enero de 2024

Camino al zoo

De vez en cuando Pepi y yo nos damos nuestras escapadas de Teatro. Es algo que intentamos hacer todos los años. Consultamos las obras de teatro que hay por la capital, buscamos alguna que nos guste, o que creamos que nos pueden gustar, y cotejando con las actividades que tenemos elegimos aquella que se cuadre mejor con nuestra agenda y que nos pueda gustar. El precio también es importante porque el teatro no es gratis, y normalmente tras una obra de Teatro solemos ir a picar algo. Que no sólo de emociones vive el hombre.

En este caso elegimos una obra de teatro dramática, Camino al zoo. Pepi no es muy de ver dramas, pero parecía que podría estar bien. Era una obra adaptada de un texto de Edward Albee, uno de los grandes de la dramaturgia (¿Quién teme a Virginia Woolf?) y el elenco de actores nos pareció interesante. Fernando Tejero al que todos conocemos en su faceta cómica, Dani Muriel y Mabel del Pozo. Nos atraía ver al cordobés Fernando Tejero en un papel dramático.

Nuestras butacas eran buenas, centradas y cercanas. Pudimos ver la obra perfectamente. Al inicio, viendo a Fernando Tejero estás algo desubicado, lo estás contemplando y parece que en cualquier momento va a decir cualquier tontería, pero no. De hecho, estuvo muy comedido, casi neutralizando todos sus gestos, cuidando su forma de moverse, su forma de pronunciar. Poco a poco ibas creyéndote al personaje hasta que al final, ya te has olvidado de su lado cómico y puedes ver otra faceta de un buen actor. Se vuelve completamente creíble, con barba, con gafas, con un aspecto más conservador. Al acabar nos pusimos en pie y aplaudimos a los tres por su estupenda actuación.

Antes de la obra tuvimos tiempo de compartir un trozo de tarta de queso de La tarta de la madre de Cris. Es una tentación inevitable lo de estas tartas. Después picamos algo -poca cosa- en la Taberna Cofrade Las Merchanas. Un día estupendo.

lunes, 8 de enero de 2024

Fútbol para Reyes

En los Reyes Magos o en ocasiones en Papá Noel uno se encuentra regalos que no esperaba, o si hay suerte y se ha portado bien justo lo que esperaba. Los regalos van cambiando con la edad. A mí me suelen traer libros, algo de ropa, o entradas para ir a algún evento. A veces conciertos, a veces teatros, y este año, además un partido de fútbol.

Resulta que el Málaga está jugando en Primera REF, ya lo he contado antes por este blog, y bueno, pues que participa en la Copa del Rey y en primera ronda le tocó el Barakaldo, al que se le ganó con mucho esfuerzo tras una prórroga que acabó con empate a cero y en una ajustada tanda los penaltis. A partido único.

En la siguiente ronda el rival fue el Eldense, al que se le ganó también, aunque en esta ocasión no fue necesario llegar a la prórroga pues el partido finalizó con un ajustado 1-0, con gol de Juanpe. También a partido único.

El siguiente rival fue la Real Sociedad, el partido se celebraba el día después de Reyes, y gracias a ellos pudimos encontrar entradas para ir a ver el partido. Lo cierto es que el Málaga jugó mejor que ninguno de los partidos que llevaba esta temporada. Al menos los que yo he visto. 

La Real Sociedad llegaba viviendo uno de sus mejores momentos históricos. Estaba clasificada para jugar la Champions y recientemente había superado la fase de grupos de la Champions en primer lugar. Llevaba como once partidos sin perder en las distintas competiciones. Y en Málaga se presentó con Oyarzábal, Zubimendi, Le Normand, Barrenetxea o Mikel Merino en el equipo titular. No se tomaron el partido a broma.

El Málaga en cambio hizo variantes en el equipo, pero no le fue del todo mal. El Málaga plantó cara, el estadio estaba prácticamente lleno. Hubo una muy buena entrada.  Se jugó bien, y el gol nos lo hicimos en propia puerta, un poco de mala suerte. Aún así se tuvo oportunidades y se tiró al larguero. No digo que se mereciese más, pero no hubiera sorprendido a nadie y se hubiese empatado y forzado una prórroga.

Pd: En la siguiente ronda, la Real Sociedad eliminó al Osasuna, y seguidamente al Celta de Vigo, ambos a partido único. En semifinales perdió a doble partido con el Mallorca, que perdió la final con el Athletic de Bilbao, que fue el ganador de esta edición.