No conozco a nadie que tenga tantas ganas de que llegue su cumpleaños como a Sofía. Meses antes de que se acerque la fecha ya está imaginando cosas alrededor de su cumpleaños. Siempre trato de recordarle esa cita tan sabia de que a grandes expectativas, grandes decepciones, pero no me hace mucho caso.
Como su cumpleaños este año caía en domingo, quedamos con los abuelos y los titos y los primos y los invitamos a todos a desayunar churros con chocolate. Sofía cogió una banda que guardaba de otro cumpleaños suyo anterior y orgullosa se la colocó cruzada en el pecho, así presidió la mesa.
Además de esta celebración, desde hace años que el día de su cumpleaños siempre vamos a comer fuera y, por ser su día, ella disfruta del privilegio de decidir el sitio. Normalmente elegía ir a la Pizzería Ramazotti y se pedía una lasagna, pero tras la Covid comprobamos con tristeza que el ristorante italiano cerró, así que este año no tuvo más remedio que elegir un sitio distinto. Sorprendentemente eligió un restaurante indio. Y allí fuimos.
Pd: Una semana más tarde todavía Sofía celebró su cumpleaños una vez más, esta vez con sus amigos en una pizzería.
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