Ya he escrito por aquí que últimamente casi sólo nos dedicamos a ver series, que es el formato que mejor se ajusta a nuestra falta de tiempo libre, pero también habría que añadir que las series, a mi juicio, han dado un gran salto de calidad en los últimos tiempos.
Ahora hemos terminado la segunda temporada de Breaking Bad, que si bien los primeros capítulos fueron trepidantes luego se paró y nos dejó un poco extrañados porque desde el primer capítulo de la primera temporada había llevado un ritmo trepidante, pero a los pocos capítulos, afortunadamente, la trama se recondujo de nuevo a la gran serie que es.
Lo que más me gusta de Breaking Bad es lo impredeciblemente desconcertantes que son los guiones. Difícilmente pueda uno si quiera medio adivinar lo próximo que vaya a ocurrir, aunque a veces esa misma circunstancia, si no es lo suficientemente convincente puede llegar a parecer absurdo. En el final de la segunda temporada me ha pasado esto, es tan inverosímil que no me lo creí, pero como es más un artificio de decorado que un maniquí principal, al final no quedó tan mal.
Ahora para la tercera temporada espero un paso más. Un siguiente paso contundente, donde algunos pequeños dobleces que quedaron a la vista, se solapen definitivamente. Ya estoy ansiosamente preparado para el primer capítulo de la tercera temporada.
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