Hay libros y autores que son inclasificables, los casos que ahora me ocupan en esta entrada son dos de ellos.
El autor es tanto articulista, como novelista, autor de guías de viaje, historiador y poeta. Algo así como un renacentista de la escritura. El libro es harina de otro costal, pero antes me gustaría responder a la pregunta fundamental sobre un libro: ¿qué tal está el libro? No podría decirles menos que es un libro estupendo, tremendamente recomendable. Para leer y disfrutar a pasitos cortos. Una acertada recomendación. Para la siguiente pregunta -¿de qué va?- me costaría horrores encontrar una respuesta acertada, pero como soy hombre de retos inalcanzables voy a intentarlo.
El desvío a Santiago es básicamente un libro de viaje (¿qué libro realmente no habla de un viaje?), el viaje alrededor de El Camino de Santiago, pero teniendo en cuenta que al mismo tiempo es un libro de historia, ¿qué es el camino de Santiago? ¿cómo se creó? ¿qué sentido tenía hace siglos? ¿cómo ha ido evolucionando? ¿qué personajes relevantes tejen la historia alrededor de El Camino de Santiago? Todo esto se explica en sus páginas simplemente imaginando situaciones, explicando los entresijos históricos de los que todos hemos oído hablar alguna vez.
Podemos empezar afirmando que El desvío a Santiago es un libro sobre un viaje, o mejor, sobre varios viajes, pero al mismo tiempo también es un libro de historia, y habría que añadir que además un diario, el diario intermitente y sinuoso del autor holandés por los distintos Caminos de Santiago que ha recorrido a lo largo de su vida. Un diario personal en el que la historia va conectada con el camino, en la que el autor nos cuenta sus anécdotas y sus ocurrencias. Lo mismo nos habla del hombre junto al que se sienta en la barra de una vieja tasca de un pueblo apartado como del erudito guía de una catedral de capital. Sueños y pesadillas, venganzas y desaires, degüellos y traiciones, guerras y batallas, religión y locura, oportunidades desaprovechadas y enlaces interesados. Emperadores y reyes, cetros y coronas, sangre y poder, la historia repetida una vez tras otra. La cíclica historia que se repite. La historia está repleta de pequeñas intrigas que completan la hache mayúscula que preside la Historia. Nooteboom pasea por los lugares elegidos, allá donde la historia clavó sus circunstancias. Campos de batallas, lugares santos de peregrinación, salas capitulares, tronos, en definitiva, nos muestra el papel sobre el que se firma con sangre la Historia.
Si con todo esto no fuese ya suficiente, el libro además está bañado en el oro del arte. Catedrales góticas enormes, esculturas y relieves majestuosos, cuadros de incalculable valor. Ostentación y riqueza. Pequeñas y sobrias iglesias románicas, pobreza en el interior y simpleza en el exterior, exhibicionismo en obispos y austeridad en los claustros. Humildad versus vanidad. Fortunas que cambian de manos como coronas de cabezas. Herederos y usurpadores. Un libro que flexibiliza y despliega el conocimiento. Un libro que he releído mientras leía. Que me ha obligado a volver atrás un capítulo entero porque el placer ha sido inmenso y deseaba volver a él. La historia como ejemplo democrático y aleccionador. Un libro que me prestó mi amigo Miguel, al que le estoy muy agradecido. Un libro que después de leerlo sé que algún día me tendré que comprar, aunque eso en realidad ya lo sabía tras los primeros capítulos.