Hacía tiempo que tenía a David Trueba en el punto de mira de mis lecturas posibles, y la semana pasada en la biblioteca que hay cerca de casa me hice en préstamo con Blitz, su última novela, de la que no había leído ni sabido nada salvo que estaba a la venta. Sí había sabido, en cambio, que su anterior novela Saber perder había obtenido muy buenas críticas y a partir de ahí creció mi curiosidad. Eso y que su película Vivir es fácil con los ojos cerrados me había dejado un grato recuerdo, porque para los que no lo sepan David Trueba es tanto director como guionista y, últimamente, escritor y asiduo colaborador en prensa. El caso es que me traje la novela a casa y en tres tardes me la he terminado, porque en realidad no se debe tardar mucho más de ese tiempo en leerla ya que la novela no va mucho más allá de 160 páginas.
Me ha parecido una novela entretenida y bastante ocurrente, con bastante humor aunque también una buena tajada de melancolía. A veces es demasiado ligera y etérea para mi gusto, pero que lo disimula con estimulantes giros de guión. Porque lo cierto es que a veces, leyéndola, me daba la impresión de estar leyendo un guión con pocos diálogos más que una novela, lo en realidad no es bueno ni malo.
A mí me gustó, no me entusiasmó, pero me gustó. Prueben a leerla y ya me cuentan.
A mí me gustó, no me entusiasmó, pero me gustó. Prueben a leerla y ya me cuentan.
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