Miguel Delibes es uno de esos escritores que tenemos la fortuna de disfrutar en nuestra lengua materna, uno de esos escasos regalos que nuestra lengua nos ha reservado y que todos deberíamos paladear. Yo, hasta el momento, sólo he leído uno de sus libros y éste de ahora es mi segundo contacto con el escritor vallisoletano, de manera que no estoy en disposición de recriminar nada a nadie excepto a mí mismo, pero es que hay tanto que quisiera leer y tan poco tiempo...
El libro que he elegido ha sido Las ratas, publicado en 1962 y que compré hace ya bastante tiempo en el rastro en una edición algo deteriorada de 1982 y hace una semana casualmente lo tuve entre mis manos y lo abrí y leí el primer párrafo y ya no hubo vuelta atrás.
Las ratas es una novela corta, escrita con la precisión de un cirujano a la hora de elegir las palabras y en especial los silencios. Los diálogos son breves y directos y algunos personajes están trabajados hasta la obsesión. El personaje principal, el Nini, es apenas un niño de 12 años, pero atesora una sabiduría extraordinaria rayando lo sobrenatural.
El Nini es en sí, en sus actitudes y en su forma de actuar, un canto a la sabiduría, un ejemplo de cómo el conocimiento del entorno, la observación meditada y el interés por desentrañar el inestable equilibrio de la naturaleza y la proporción de sus consecuencias son, en realidad, el mejor ejemplo que nos ofrece la naturaleza. Un libro que bien podría algún día releer.
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