Para un amante de la cerveza como yo, visitar Bélgica supone algo así como alcanzar un ocho mil para un alpinista. Afortunadamente conseguí hacer realidad mi ocho mil en agosto de 2011 -ahora lo tengo mucho más complicado- y les aseguro que no desaproveché la oportunidad para probar cervezas.
La cerveza que sostengo en la foto es una jarra de medio litro de cerveza belga Maes y la foto está tomada en una de las muchas terrazas que abarrotan las calles de alrededor de La Grand Place. No hay nada mejor para comenzar a leer la carta del menú que una buena cerveza.
No recuerdo mucho de aquella cerveza salvo lo que salta a la vista y que era suave. Debió gustarme mucho ya que me la pimplé en un abrir y cerrar de ojos y no tuve más remedio que pedir otra igual.
Si la encuentran, pídanla.
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