Esta cerveza tan difícil de pronunciar es una cerveza alemana, una Hefe-Weiβbier Hell, una cerveza rubia de trigo, con un 5,1 % de alcohol. Lo que me decidió a comprarla, aparte del tamaño (medio litro), es la oferta del paquete de cinco botellas que tenían en el Hipercor que contenía un buen vaso de cerveza de medio litro. Como llevaba tiempo con ganas de hacerme con uno, no dejé escapar la oportunidad y me compré dos paquetes, es decir, diez botellas y dos vasos. La cerveza de trigo además es una cerveza que me encanta.
A mi señora, que a lo tonto a lo tonto prueba todas las cervezas que tomo por primera vez, le pareció al probarla algo amarga, a mí, en cambio, me pareció que estaba poco tostada. Cuestión de gustos. Eché en falta algo de fuerza y consistencia en el sabor pero, sin embargo, desprendía un aroma casi perfecto. Un auténtico lujo para el olfato. Además la espuma es espesa y abundante, muy de mi gusto, y es bastante refrescante y ligera, lo que la hace una cerveza peligrosa, fácil de pimplar.
Encuentro bastantes similitudes con la Paulaner o la Franziskaner, con la ventaja de que la Bischofshof sale algo más económica. Creo que repetiré.
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