jueves, 8 de enero de 2009

Todavía es Navidad

Pasaron los Reyes Magos y como cada año ese día indica la vuelta al trabajo, el inicio de las rebajas y el fin de la Navidad, aunque en casa aún no hemos quitado ni el Belén, ni el árbol ni ningún adorno navideño y quieras que no parece que la Navidad todavía no nos ha abandonado del todo. Pensábamos recogerlo el próximo fin de semana pero estamos viendo que nos va a resultar imposible y tendremos que esperar al siguiente. Por eso no descarto llegar al día de los enamorados con la Navidad en casa todavía, seguro que mi niña lo agradecerá.

Este año, el día antes de Reyes me lo pasé entre el váter y la cama, con una diarrea galopante que me impidió acompañar a mis niños a la cabalgata. Al menos pude soltar algo de lastre y liberar una pequeña parte de los atracones navideños. Quien no se consuela es porque no quiere.

Los Reyes me han vuelto a tratar muy bien. Como siempre. Y es que tengo la suerte de rodearme de personas que saben elegir regalos, especialmente mi señora, que tuvo la desgracia de casarse con una del otro tipo de personas que no saben elegir regalos.

Pero sin duda el mejor de todos los regalos navideños son nuestros hijos, Sofía y Miguel, que nos hacen disfrutar de la navidad como verdaderos niños. Nos fuerzan, sin saberlo, a revivir y a volver a mirar la vida bajo los ojos de la inocencia.



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