La afición por una vez está unida con la plantilla y el entrenador, y al mismo tiempo en contra contra los propietarios de la entidad. Uno se pregunta qué comenzó a torcerse, qué sucedió para que aquel sueño de noches europeas derivase en el peligroso vértigo de la desaparición. Una situación indeseable en una categoría, la segunda división, donde conseguir un solo punto cuesta sangre, sudor y lágrimas.
Estaba empezando el final decisivo de la temporada, donde los partidos se viven con todos los sentidos puestos en el terreno de juego pero el oído, un poco también en el resultado de otros campos. Y es que en la jornada 31, el Málaga estaba peligrosamente situado en la tabla clasificatoria. Lesiones, amonestados, y especialmente los problemas económicos a los que una engañosa directiva ineficaz y ruin ha llevado al club de mi corazón.
El partido era vital, en casa contra el Zaragoza, uno de los serios aspirantes a ascender una temporada más. El Zaragoza metido de lleno en fase de ascenso, peleando mano a mano con el Cádiz y el Huesca por dos de las plazas de ascenso directo a la categoría de oro. El Málaga intentando ampliar la exigua diferencia con los puestos de descenso al hoyo que supone la segunda división B.
De manera que mi padre, mi hermano, mi niño y yo, juntos, abonados todos del club desde hace años, no quisimos perdernos tan trascendental partido, y más teniendo en cuenta que el horario acompañaba. Acompañamos el día de partido con una comida en un restaurante.
El partido fue muy emocionante, el Málaga dispuso de sobradas ocasiones para marcar. Hasta en dos ocasiones el balón salió rozando el palo por el exterior y al menos una buena intervención del cancerbero del equipo maño, incluso el VAR nos anuló un gol -correctamente- por fuera de juego, pero al final no se aprovecharon las ocasiones y como suele ocurrir en el fútbol, cuando un equipo no remata al final, muere. En esta vez en el minuto 85, en una contra, con un mal despeje y un rebote. Pero el fútbol es así.
Pd: Este partido resultó ser el último partido con público en la temporada, pues días después el Covid-19 comenzó a extender su manto negro por el planeta. Finalmente el Málaga con mucho esfuerzo y nervios se salvó. Se interrumpió la temporada y se retomó a puerta cerrada. Así que no nos quedó otra que animar desde el sofá de casa.
Todo parece indicar que el club sigue de lleno en problemas económicos, de hecho está intervenido por un administrador judicial y por supuesto la temporada regresará a puerta cerrada.
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