Fui al rastro en busca de algún libro que me entrara por los ojos y me encontré con una impoluta primera edición de Planeta del libro de Ángeles Caso, El mundo visto desde el cielo. Me pareció un título cautivador y maravilloso. En la portada un muy adecuado autoretrato de Joshua Reynolds expuesto en el National Portrait Gallery de Londres. La primera impresión era inmejorable.
Leí la sinopsis del libro y ya quedé atrapado sin remedio. Un libro sobre la búsqueda de la inspiración, sobre el encuentro con el arte, los propósitos y despropósitos del arte sobre la realización individual. Sobre una existencia atormentada por la pasión, por la pasión creativa. Y todo mostrado como un monólogo, como una carta de despedida o de perdón, casi una confesión.
Curioseé por las primeras páginas y me encontré con una bella dedicatoria que decía:
Para que puedas ver en palabras los sentimientos que llevas dentro.
Te quiero.
(Firmado) Juan.
Y siempre te querré.
8.Abril.1997
Esta dedicatoria -pensé- no puede seguir rodando sin rumbo por el mundo. Merece tener un lugar en una estantería, rodeado de otros libros, a ser posible junto a libros de arte, como forma de respeto al amor declarado. Así que pagué el euro que me pidieron por él y me fui como el portador de las bellas declaraciones de amor. A escasos cien metros de allí me senté en una terraza y despertándome con un café fui comenzando a leerla.
Pd: Soy un romántico.