sábado, 11 de octubre de 2014

A carcajadas

Algunas de las personas que me conocen dicen de mí que soy una persona positiva, incluso alegre, sin embargo yo no me veo  tan así, la verdad. Puede que ciertamente sea así como me presente, o como al menos así intente presentarme ante los demás, porque es cierto que en ocasiones intento serlo pero creo que más de la mitad de las veces fracaso. Es posible que sea la actitud que pretenda y persiga, porque en realidad no es una cualidad mía propia -creo-, en cualquier caso les aseguro que pongo bastante empeño, no crean.

En multitud de circunstancias, incluso en las muy desfavorables, intento ver el lado positivo de las cosas, aunque no siempre lo consiga. Procuro apartar, por el bien de mi tranquilidad mental, todo aquello que me es negativo y me quedo con lo positivo, incluso cuando no parece posible. En ocasiones lo que parece ser algo positivo, luego, una vez pasado el tiempo, tal vez no lo es, y lo negativo de alguna manera muta hacia algo mejor, hacia algo distinto y digamos más adecuado.

Sí que creo que las personas positivas, probablemente, tienen más posibilidades de ser felices. Buscar el lado positivo de las cosas es una manera como otra cualquiera de tirar hacia adelante y de evitar detenerse en arrepentimientos estúpidos que no llevan a ningún sitio. Si uno se equivoca, al menos aprende de los errores, si uno se cae, puede que tenga la suerte de que no se hayan roto los pantalones, o tal vez sí, pero quizás no un hueso, y si se lo rompió, siempre pudo ser peor. Cualquier circunstancia de la vida siempre es mejorable, siempre puede faltarle algo que la redondee, pero de igual manera, cuando algo sale mal, por muy mal que salga, siempre pudo ser peor, y puede que esta forma de pensar, de canalizar la pena, de neutralizar la tristeza sea un buen antídoto para la tristeza y un apropiado brebaje para la felicidad. Siempre existe una salida hacia adelante. Siempre hay que darse cuenta que por muy mal que fuera siempre pudo ser peor. Hay, en definitiva, que mirar la vida con ojos positivos.

En mi opinión ser positivos es una vía que enriquecerá nuestra vida de alguna manera, aunque en ese momento no la sospechemos siquiera. No siempre es fácil, lo aseguro, mantener la mente limpia de contrariedad, saber tragarse la espuma que sale por la boca, aguantar los nervios, tragarse las palabras, comerse las ilusiones, los proyectos, los sueños, apretar los puños, contenerse... la vida puede estar cargada de desilusiones, pero también hay que comprender que nadie aprendió a caminar sin llevarse algún chichón. Hay quien afirma incluso que retener la ira, la presión y no desahogarse no puede ser bueno, que en algún momento la válvula de escape pitará por algún sitio y que puede que entonces sea peor. No sé, puede que tengan razón, supongo que cada cual es cada cual e intenta superar sus adversidades, o enfrentarse a ellas de distinta manera. Yo, a pesar de todo, prefiero superar los malos momentos a carcajadas que a lágrimas. Ustedes eligen.


Pd: Hoy es el cumpleaños de mi hermano, my Big Bro, así que desde aquí le deseo un día muy, pero que muy feliz y positivo!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Brillante.