Disfrutar de la belleza de los cielos es uno de mis más placenteros pasatiempos. Me sorprende cómo la naturaleza mantiene esa capacidad para maravillar una y otra vez. Los amaneceres lentos y luminosos, los atardeceres perezosos de colores pastel, las profundas noches estrelladas, los cielos limpios y cristalinos o los temblorosamente encapotados, las nubes de diversas y caprichosas formas y texturas. Todos los distintos tipos de cielos poseen su particular encanto. Todo depende de quien los mira, y les aseguro que yo los contemplo con gran entusiasmo y dedicación.
Esta foto la hice desde el coche, en un aparcamiento, a las 8:19 de la mañana. El cielo parecía estar ardiendo. La viva incandescencia de las nubes provocaba la engañosa sensación de acaloramiento, pero les garantizo que una fría brisa obligaba a mantener las manos resguardadas en el interior de los bolsillos.
Tuve que realizar varias tomas desde mi iphone 4 -regalo de mi hermano- para intentar captar mínimamente la poderosa estampa que se mostraba. Disfrútenla.
Tuve que realizar varias tomas desde mi iphone 4 -regalo de mi hermano- para intentar captar mínimamente la poderosa estampa que se mostraba. Disfrútenla.
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