Pillando cacho

Este fin de semana pasado ha sido uno de esos en los que caes a la cama reventado, derrotado, machacado pero con una sonrisa en la cara. Y es que coincidían la despedida de Osorio y el partido en casa del Málaga frente al Valladolid. Todos de feliz desenlace.

Además, por si fuesen pocas actividades las que tenía, entre una cosa y otra, mi señora incorporó un almuerzo como antojo de última hora, exprimiendo el poco tiempo que le queda de embarazo. Así que me había acostado cerca de las 8:30 de la mañana, después de toda la noche dándole al codo y al tabaco, pero sobretodo riéndome de la inolvidable cara de Osorio disfrazado de cateto en el justo momento en el que le cambiaron las ubres de la oveja por las enormes tetas de la stripper. ¡Qué momento! Aunque también hubo más buenos momentos como en el que yo pillé cacho cuando la bailarina de los siete velos se sentó en mi regazo moviendo la cintura al son que más pica. También pillaron cacho Mario y Alberto, que si ellos quieren coloquen en los comentarios su andanzas.

Y como decía, me acosté rondando las 8:30 para despertarme al poco para ir a almorzar con mi señora a una pizzería. A las 14:00 entramos por la puerta. Qué bien me sentó reposar tanto alcohol. Fue salir del restaurante y poner el pie en la Rosaleda, o casi. ¡Gran partido! Emoción hasta el final, goles, lluvia, buen juego, muchos nervios y tiros al palo. Un partidazo vamos, y ganando, que es lo importante. Llegué a casa listo de papeles. Antes de las 22:00 ya estaba en la cama reposando la victoria, o mejor dicho, el fin de semana.