Hay una banda de rock zaragozana que si no me dicen que es de allí, puedo pensar que es de Montana, o Arizona, y ostentan un rock desértico con aromas cowboy que me encanta. Ya he escrito antes de ellos por aquí. Si me pongo pensado lo siento, pero es que hay cosas con las que hay que insistir. Ésta es una de ellas.
Comenzaron cantando en inglés, pero hace un par de álbumes que han dado el salto al idioma de Cervantes. La verdad es que acogí la noticia con ciertas reservas, no sé, el rock americano es un estilo de música que tengo asociado al idioma de Shakespeare y el cambio me pareció arriesgado y temía que perdieran la esencia. Tomaron esa decisión y la verdad es que creo que la banda ha dado un paso adelante en calidad. Ahora me es más sencillo comprender en conjunto el sentido y la calidad de las letras.
Siempre que vienen a tocar por el sur lo hacen en el Louie Louie de Estepona. Los vi por primera vez en diciembre del 2018. Un conciertazo. River Sound Unleashed fue maravillosa. En general todas, pero yo siento predilección por ese tema.
Regresaron a presentar su siguiente disco menos de un año después, en septiembre de 2019. No falté. Mi recuerdo de ese concierto es que fue donde ya me echaron el anzuelo hasta las trancas. Sus discos me encantan pero sus directos ya son otro nivel, una planta superior. Cada vez que los veo me parecen mejores.
En la siguiente ocasión, por diciembre de 2021, Covid mediante, ya vinieron con el cambio de idioma. Comenzaron tocando temas de su último disco y luego nos regalaron algunas versiones con un gusto formidable como fue One big holiday de My Morning Jacket. Aún mantengo un recuerdo nítido de esa versión.
Pero me estoy alargando, casi recreando en mis conciertos con los The Kleejoss Band, pero no pasa nada, esto es un blog personal y hago y deshago lo que me viene en gana. ¿Les he escrito sobre ellos?
Los presento: Luis Kleiser además de estupendo guitarrista y cantante versátil es un letrista para quitarse el sombrero. Joss Mayoral pone el ritmo a la batería como el motor de un crucero oceánico. No hay fallo. Andrés McMalo juguetea arriba y abajo del mástil como quien pasea de vuelta a casa dando los rodeos que le apetezcan, da igual que sea soleado o esté jarreando a cántaros, y por último y no por ello menos importante, Nacho Prol que pone las notas justas en el sitio correcto para agrandar el sonido del conjunto, sin contar con que además nos regala lujos con la armónica. Gracias a todos.
Los zaragozanos se han abonado a hacer discazos, están en un momento de inspiración que espero que les dure. Canciones como Maleza, Revolver, Malvenidos o Las canciones no esperan son temas formidables. Los puedes escuchar cien veces y aún sigues descubriendo detalles. Mis aplausos. Sólo puedo dar las gracias y seguir escuchando sus canciones. Si yo fuera ustedes tomaría ejemplo.
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