Una vez acabado el curso escolar, con los niños de vacaciones y con unas estupendas notas de todos en la mochila, realizamos una escapada de fin de semana con la familia de mi mujer a una casa rural situada en Fuente de Piedra, una pequeña población que queda ubicada entre Antequera y Campillos, unos pocos kilómetros más al norte.
Soy una persona amante de la naturaleza y no siempre tengo la oportunidad de vivir directamente el contacto con ella. Contemplar flamencos, en una reserva natural, que seguramente venían de África, y estaban disfrutando de un apacible descanso me resultó una experiencia singular.
La vida se compone de cosas así, a veces te toca vivir la parte oscura y triste de los días, en cambio, a veces, puedes disfrutar con intensidad del deslumbrante brillo de los días. Estos días fueron resplandecientes y allí celebré mi cumpleaños. Otro regalo.
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