domingo, 12 de mayo de 2019

Fin de Semana en Chiclana

Todos los años escapamos con la familia de mi mujer un fin de semana a pasarlo juntos en un hotel de la costa chiclanera. De hecho normalmente siempre terminamos yendo al mismo hotel.

Ir a un hotel en régimen de todo incluido significa, sobretodo, comer más de la cuenta, pero también descansar bajo cielos de azules inmaculados, leer junto a una piscina, charlar y disfrutar con los niños -sobrinos incluidos- y tener tiempo hasta para derrochar. Cada año el fin de semana en Chiclana supone para nosotros algo así como el pistoletazo de salida o arranque del verano. El inicio de un periodo que se estira hasta septiembre o casi hasta la feria de Fuengirola, allá por la segunda semana de octubre.

Lo que empezó siendo una excepción y algo puntual se ha convertido en costumbre y ahora está casi tan asimilado en nuestros veranos como la arena de playa o las sardinas en espeto. Los niños se lo pasan bomba, disfrutan de lo lindo, y los padres, que no deseamos otra cosa que contemplarlos con una sonrisa en la cara, también lo pasamos estupendamente.

El hotel está en primerísima línea de playa y siempre que puedo me regalo un largo paseo por la amplia orilla que la costa chiclanera posee. El Atlántico parece que es de un azul más salado que el Mediterráneo y el viento trae tantas buenas nuevas como tristes despedidas. Y tan pronto como llegamos toca el momento de partir. Hasta el próximo verano.


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