Llevo varias semanas escuchando en todos los medios que la Liga está más emocionante que nunca, que hay emoción tanto en la parte alta de la tabla como en la baja, pero yo qué quieren que les diga. Me importa un pimiento la emoción. Yo lo que quiero es que mi equipo, mi Málaga CF, gane los tres partidos y se acabó. Ni emoción, ni qué ocho cuartos.
Para mí esto no es emocionante, esto lo que es, es un sufrimiento continuo, estamos situados en el mismísimo borde del abismo, con el peor calendario de todos los aspirantes a no descender. Estoy atacado de los nervios, al borde de un ataque de cólera. Se me está haciendo larguísimo el final de liga y estoy deseando que termine ya, eso sí de manera favorable para poder disfrutar tranquilote del Mundial. ¡Ains!
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