jueves, 28 de enero de 2010

El árbitro que comía mucho caviar

Supongo que todos lo habréis visto repetido muchas veces, y estoy seguro de que a la primera lo habéis visto dentro, o sea, gol. Mejor dicho: golazo. No es un penalti que dé lugar a muchas dudas. Gol y punto. Si me dicen que lo ha mandado repetir porque la pelota está un poco adelantada antes del tiro, pues vale, o que lo repita porque no había pitado aún, mira, tiene un pase, que lo repita porque el portero se ha movido adelantando su posición antes del tiro, puede ser, pero que diga que no ha sido gol, que la pelota no ha entrado, es lo más vergonzoso que he visto en un árbitro en toda mi puta vida. Francés tenía que ser. Francés y ciego.



Y es que debe darse la circunstancia de que el árbitro veranea mucho por Rusia, y debe ser que el caviar en exceso, y además de balde, afecta a la vista, así como el dinero por debajo de la mesa dirije la voluntad y tuerce la razón.

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