lunes, 13 de enero de 2025

Desnudos

Presentó una exposición el Museo Carmen Thyssen de Málaga titulada Desnudos. Cuerpos normativos e insurrectos en el arte español (1870 - 1970), en la que se presentaban obras de Sorolla, Julio Romero de Torres, Picasso, Dalí, Miró, Zuloaga, Chillida o Mariano Fortuny entre otros muchos. Sólo con los nombres ya se comprende que no es una exposición cualquiera. Un total de casi noventa obras conformaban la exposición. Por si fuese poco, en el mismo museo, durante un tiempo solapado, también exhibía una exposición sobre Sorolla titulada Sorolla en Andalucía. Un doble atractivo.

De manera que una mañana de domingo que tuvimos libre nos presentamos en Málaga para visitarla. Me encantó. Me fascinaron muchos cuadros. La belleza del desnudo, su dificultad, su relación con la historia... Una maravilla de exposición.

Entre las obras que me atraparon destacaría la reinterpretación clásica por Dalí de Las señoritas de Aviñón (1970), aunque muy distante tanto en el tiempo como en la concepción. Dalí no respeta ni siquiera el número de señoritas. Los rostros borrados no impiden la provocación del cuerpo femenino, que se presenta más desprejuiciado y clásico que el famoso cuadro original de Picasso que agitó el mundo del arte. Es casi un boceto pero tiene una simpleza que lo hace tremendamente atractivo.

También hay un cuadro de un primerizo Picasso, durante sus años de estudiante, en los que dibuja a un joven atlético basado en la perfección física clásica, con una pose en pie, con la cadera ladeada, probablemente copiada del natural, donde demuestra lo buen pintor que era aún en su juventud, pese a lo mucho que aquellos que sólo han visto cuadros suyos cubistas piensan que pinta.

Entre las obras expuesta hay que destacar está Desnudo de mujer (1908) pintado por Aurelia Navarro en el cual versiona a la Venus del espejo de Velázquez. La pose recostada de espaldas, y reflejada en un espejo es maravillosa. La sutileza del colorido, la gasa sobre el jergón, el pendiente en la oreja es de una sutileza maravillosa. Fue un cuadro muy controvertido al ser un desnudo y además pintado por una mujer, lo que se consideró impropio de la época, y más teniendo en cuenta que el desnudo, al parecer, posee el rostro de la propia autora.

Un cuadro que no me canso de admirar siempre que tengo la suerte de cruzarme con él es Desnudo con guitarra (1894), de Ramón Casas. Un cuadro realista que enamora a simple vista. Una mujer desnuda de piel limpísima y nivea, tumbada en el suelo, recogida sobre sí misma, con el pelo oscuro revuelto. No se muestra el rostro en el cuadro, tampoco hay provocación en el desnudo. En el fondo, cortado en la composición hay una guitarra  apoyada en el suelo y junto a ella, sobre la misma pared un lienzo con bastidor. La composición hace más preguntas que ofrecer respuestas. ¿Es el estudio del pintor? ¿Quién es la muchacha en el suelo? ¿Qué le sucede? ¿Qué hace desnuda? ¿Posó para el pintor?

Cada uno de nosotros tendrá su propia interpretación y lo más importante, nuestras propias preguntas.


Pd: No pude evitar acercarme a ver a Aline Masson en La Lectura. 

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