miércoles, 21 de junio de 2023

Mi directora de teatro

Mi ya no tan pequeña Sofía se apuntó a la asignatura de teatro en el instituto este curso y su profesor quiso organizar una obra de teatro para que al final de curso puedan representarla todos juntos en el centro. Empezaron a pensar posibilidades, a mover la idea, un brainstroming lo llaman ahora, y no sé cómo pero al final Sofía estuvo dirigiendo la obra, pero también se iba a encargar de escribirla, incluso se encargaba de los ensayos, y del casting y de parte de la escenografía y el vestuario.

Evidentemente todo iba supervisado por su profesor, que estaba ahí dejando trabajar, pero controlando que todo fuese por el buen camino. Primero se encerró en su cuarto a escribir. Le encanta escribir. Luego empezó a darse cuenta que no podía escribir con tanta libertad como suele porque todo tenía que poder representarse sobre las tablas de un escenario. Ahora tenía que encorsetar algo su historia. Tenía libertad, toda la que ella misma se permitiera. Al final consiguió acabarla, una obra de teatro con mucho diálogo. Algunos tuvo que adaptarlos a los actores, sus compañeros. Se la veía disfrutar del proceso.

Poco a poco la obra fue tomando cuerpo y los ensayos fueron avanzando, conforme el día del preestreno se acercaba los nervios crecían, aunque ella, con su desbordante seguridad juvenil afirmaba tenerlo todo controlado. Y, salvo pequeños flecos sin importancia de última hora, era cierto.

El día del preestreno para familiares e invitados todo estaba listo, y en una estupenda localidad bien centrada pude disfrutar, con un orgullo que no cabía en el salón de actos, la primera obra escrita y dirigida por Sofía. No sé si habrá muchas más, todo depende de lo que la vida le tenga preparado. Por ella no va a a ser. Ahora mismo tiene todas las puertas abiertas de par en par.

Al terminar la obra le dieron un ramo de flores como regalo sorpresa. Estaba muy emocionada, y yo también un poquito.


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