Siempre es una satisfacción ver a alguien cumplir años, especialmente a los jóvenes. Por un lado hay una especie de sentimiento de deber cumplido, de ser partícipe, de estar ahí y poder disfrutarlo y por otro lado hay un tenue sinsabor de que todo va pasando, porque es ley de vida, los años van avanzando y aunque pasan para todos con la misma obstinada precisión, conforme uno va haciéndose mayor da la sensación de que va más rápido para unos que para otros. No tiene nada que ver con aquella relatividad del tiempo sobre la que basaba su teoría Albert Einstein pero así es, o al menos, así me lo parece y estoy seguro que en casi un abrir y cerrar de ojos ya estaré de nuevo celebrando el cumpleaños de mi niña. Crucemos los dedos.
domingo, 25 de abril de 2021
Sofía: Quince años
El 23 de abril es conocido por ser el día del libro, y aunque en casa procuramos ser buenos lectores, para nosotros esa fecha tan señalada lo que realmente celebramos es el cumpleaños de nuestra -ya no tan pequeña- Sofía. Este año cayó en viernes, de manera que aprovechamos para salir a una pizzería a almorzar, porque nuestra pequeña artista es una voraz consumidora de lasañas, y si a cualquier pizzería que vayamos la tienen en la carta, casi con total seguridad todos sabemos que es el plato que se va a pedir. En esta ocasión era seguro que estaba incluida en la carta porque fuimos a la pizzería Mona Lisa, una de sus pizzerías preferidas. A tiro fijo.
En casa teníamos prevista una sorpresa para ella, pues le habíamos encargado una tarta de chocolate blanco, que es una de sus preferidas, y sin que lo esperara la sorprendimos con un par de velas sobre la tarta y bueno, algunos regalos también le cayeron. En un día así sabe que un libro lo tiene asegurado.
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