Quince puede parecer un número reducido para una exposición, pero la realidad es que dentro de cada obra de Rafa Macarrón existen muchas pequeñas obras, nunca mejor dicho en este caso, porque las obras de Rafa son en general de grandes dimensiones y abundante contenido, especialmente en un políptico formado por cincuenta dibujos individuales e independientes.
La obra que me encontré es la trabajo, según mi juicio, de un amante de los cómics, algo que se puede comprobar especialmente en el políptico, que parece la presentación en forma de orla de la ficha de todos y cada uno de los estrafalarios y singulares seres que uno podría encontrarse en un lugar como la Cantina de Chalmun, aquel establecimiento ficticio de la saga de Star Wars localizado en el planeta Tatooine. Fotos de carnet de seres imaginarios, que parecen pertenecer a una misma especie a pesar de ser tan distintos entre sí, pero que Rafa les ha conferido una especie de inhumanidad común entre ellos.
En la exposición presentada en Málaga deja de lado los colores vivos y gritones que otras veces ha utilizado en sus obras y se decanta por blancos y negros y una reducida paleta de pasteles, así como múltiples técnicas y un amplio número de materiales.
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