jueves, 10 de septiembre de 2020

El fin del verano

Poco a poco las vacaciones se estaban acercando a su fin pero aún teníamos algunas actividades pendientes por realizar que debido al confinamiento no habíamos podido llevar a cabo. Una de ellas era dar un paseo junto al mar, los cuatro, sin prisas, para terminar en un chiringuito regalándonos un buen homenaje de sardinas al espeto, que lo estábamos deseando, y eso que ya en casa también las cocinamos, aunque claro, no es lo mismo, no son al espeto al fuego de leña junto a la brisa marina, sino al horno, pero bueno, también terminamos chupándonos los dedos. 

Sofía tenía pendiente también un concierto de Aitana, que es su cantante favorita. El concierto, como casi todo en este año de Covid, había estado varias veces a punto de suspenderse pero finalmente se pudo realizar. Fue en Marbella, en el Starlite Festival, y se celebró al aire libre, con mascarillas y manteniendo las distancias de seguridad y todas las medidas que estaban contempladas para evitar al máximo los contagios. Mientras la madre y la hija asistían al concierto, Miguel y yo nos acercamos a comer a uno de los sitios favoritos de Miguel, el restaurante Bocaseca, que ponen unas costillas al estilo americano de rechupete. Luego bajamos a Puerto Banús para tomar un helado y contemplar los yates imponentes  atracados en el puerto. Nos despedimos del lujo de lo más elitista de Marbella y regresamos al Starlite para recogerlas tras el concierto.

El colofón tras la vacaciones fue el cumpleaños de mi padre. El abuelo Miguel para los niños. Ochenta años ya. El tiempo pasa para todos e incluso para él, aunque a veces no lo parezca. Recuerdo muy bien cuando cumplió los 40 años.

Llevaba mucho tiempo esperanzado en poder celebrar su cumpleaños y a todos nos rondaba el pesar de que, con este funesto virus, no fuese posible y que todas sus esperanzas e ilusiones cayeran en un pozo, pero se acercaba el día y al final sí fue posible. Algo más reducido, con menos pompa, pero se pudo. Que era lo importante. Felicidades papá.


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