Pocas cosas me ponen de tan buen humor como comenzar un libro, pero si el libro está firmado por Stefan Zweig, el gozo está asegurado. El autor austriaco es para mí un ejemplo de maestría narrativa, ya lo he dicho antes y no me cansaré de repetirlo. Párrafo tras párrafo para enmarcar. Una delicia de lectura.
El libro nos cuenta una epopeya histórica, una fábula tan antigua como los pasos de los hombres, un peregrinaje a través de la fe, el recorrido vital de un inocente niño hasta un resignado anciano. Una novela corta o un relato largo sobre el viaje de un objeto sagrado, la menorá, el candelabro de siete brazos del Templo de Salomón, que va cambiando de manos desde el inicio de la decadencia del Imperio Romano hasta un final rodeado de leyenda. Durante la búsqueda del candelabro, el destino se verá puesto en manos de un anciano que dudará sobre su capacidad, y necesitará de la perseverancia tanto como su sabiduría.
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