Hoy es el día. Hoy se juega el partido que dirá quién será el campeón del Mundial 2010, y en ese partido está la selección de mi país, pero también estará la de Holanda. La Roja frente a la nueva Naranja Mecánica, aunque algo menos mecánica.
Un partido. Un ganador. Un perdedor. Sonrisas y lágrimas. Victoria y derrota. La delgada línea que separa al campeón del perdedor. Pero para mí, en esta final ya hay dos campeones. Ambos han llegado ahí por méritos propios pero sólo uno se llevará el oro. Sólo uno besará la copa, la levantará, la abrazará y se la llevará a casa. Sólo un equipo. Cada cuatro años. Hoy. Hoy es el día.
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