lunes, 17 de febrero de 2025

Unicaja campeón de Copa del Rey 2025

Acabo de buscar en la wikipedia, porque mi memoria cada vez da para menos, y si los datos no están mal, el Unicaja de Baloncesto conquistó su primera Copa del Rey en 2005, en Zaragoza, frente al Real Madrid. La siguiente final se perdió frente al Baskonia en 2009, y se volvió a perder otra final en 2020 frente al Real Madrid. Hace dos temporadas se volvió a ganar, en esta ocasión frente al C.B. Canarias, el segundo título de copa, y este año de nuevo el Unicaja ha levantado de nuevo el título, otra vez contra el Real Madrid, en la que ha supuesto su tercer título. Unicaja 93 - 79 Real Madrid. ¡Enhorabuena!

Ganar tres títulos de cinco finales no está nada mal. Yo no lo vi venir, la verdad. El Real Madrid venía de ganar la final del año anterior con bastante facilidad al Barcelona y era el claro favorito, además es el campeón de la ACB las últimas dos temporadas, y aunque todo el mundo sabíamos del gen competitivo que gasta el Unicaja en las finales. Quieras que no, hay dos equipos y sólo puede ganar uno. En esta ocasión el Unicaja se llevó el gato al agua o el título a la buchaca. 

El título se fue fraguando poco a poco, punto a punto. Tres puntos de ventaja en el primer cuarto, igualados en el segundo, otros 6 puntos en el tercero y en el cuarto y definitivo otros cinco puntos más, lo que suma los catorce puntos totales al final del encuentro. Kendrick Perry fue nombrado el MVP del partido con 27 puntos, 6/7 en triples y un total de 8 asistencias. Kameron Taylor anotó 15 puntos y consiguió siete rebotes, lo que no son para nada malos puntos.

El partido fue tan emocionante como se esperaba porque el Real Madrid fue prácticamente todo el partido por detrás en el marcador, pero a muy corta distancia. El Unicaja de Ibón Navarro llegó incluso a distanciarse de dieciocho puntos, pero sólo al final del partido. Un título que bien vale esta entrada. Alberto Díaz alzó la copa al cielo y todos los que amamos este club nos sentíamos orgullosos y emocionados por el triunfo.


jueves, 13 de febrero de 2025

Bill Bryson - Un paseo por el bosque

Cuando estuve leyendo el libro de Bill Bryson Una breve Historia de casi todo, incluso antes de acabarlo, supe que tendría que leer otro libro del escritor estadounidense nacido en Iowa. ¡Me encantó! Era como leer algo ameno al mismo tiempo que aprendías una cantidad de cosas, que si no te las explican, en otras circunstancias, no te enterabas de nada. O quizás sí, pero no desde una perspectiva tan completa. Es un libro verdaderamente didáctico. Un híbrido estupendo entre conocimiento y diversión.

Indagando un poco en esto de Internet supe que tenía publicado unos cuantos libros de viajes y que en uno de ellos contaba su experiencia al recorrer el sendero de los Apalaches -¿cómo?-. De pronto comprendí que sabía poco de la cordillera de los Apalaches y que leer a Bryson contando su experiencia recorriendo la cordillera norteamericana, rodeado de una interminable vegetación era una lectura que no me quería perder.

También averigüé que Robert Redford había protagonizado en el cine una adaptación del libro en la que él mismo interpretaba a Bryson y que Nick Nolte fue el elegido para el papel de Stephen Katz, quien acompañó a Bryson en su aventura. No podía dejar pasar este libro.

Así lo hice. Una lectura muy entretenida, editado estupendamente por RBA Libros, en el que Bryson y su compañero Katz comenzaron una aventura prácticamente imposible de llevar a cabo a lo largo de trece estados, rodeados entre pinos, abetos y robles... envueltos en paisajes majestuosos y en ocasiones sobrecogedores, acompañados en su recorrido por el silencio del bosque, el rumor de los arroyos y de una gran cantidad de ardillas, a veces castores y también algún que otro oso negro.


domingo, 9 de febrero de 2025

Una habitación con vistas - E. M. Forster

Hace como mil años vi una película en el cine titulada Regreso a Howards End (1992), con Anthony Hopkins y Emma Thompson como protagonistas. Me gustó tanto que luego la he vuelto un par de veces más en televisión. Es una película que adoro. No sólo goza de unas enormes actuaciones y una fotografía magnífica, también posee un guión redondo, lleno de pausas y sofisticación. Con esa película fue cuando descubrí a James Ivory, el director americano más británico de todos. Una película basada en una novela de Edward Morgan Forster.

Su siguiente película fue Lo que queda del día (1993), que también me gustó mucho, incluso más que la anterior. Basada en una novela de Kazuo Ishiguro y protagonizada por los mismos protagonistas. Una obra maestra a mi juicio. Si no la han visto, ya ha llegado el momento. En esos años estaba convencido de que Ivory era el director con más clase de todo el planeta.

Comencé a investigar sobre James Ivory y todo me llevaba a una película suya anterior, Una habitación con vistas (1985), que contaba con la interpretación de Helena Bonham Carter, Maggie Smith o Julian Sands. Quería verla pero no tenía claro si esperar, antes de verla, a leer la novela homónima de E. M. Forster en la que estaba basada la película, ya que con las películas anteriores me pasa que vez que veo la película me da mucha pereza leerme después el libro. Así que decidí no verla, con la idea de leer la novela primero. La novela estaba por casa en la colección que publicó el diario El Mundo de las 100 joyas del Milenio. Ahora sólo faltaba que la leyera.

El libro se iba a tirar  años en la estantería pero finalmente, las circunstancias y mi inminente viaje a Florencia, precipitaron la lectura de la novela situada en la ciudad capital del Renacimiento. No quería ir a la ciudad italiana sin leer antes la novela. Y así fue. Cuando fui a buscarla por casa no la encontré. ¡Qué coraje me da no encontrar los libros! Fui al rastro y allí la encontré en otra edición, estaba a un euro, y no lo pensé más. Merecía la pena.

Una vez leída he de confesar que sí que Florencia aparece en la novela, e incluso es un tanto protagonista, pero más por el aire de su cultura, por la sensación de huída que allí alcanzaban los protagonistas, que por la ciudad como conjunto monumental, que es lo que a mí me interesaba. Aunque hubo cosas que sí aproveché de la novela, además de ir preparándome el cuerpo.

La novela es una novela clásica de amor y enredo. Dimes y diretes de una sociedad en el que el papel de la mujer está encorsetado por el qué dirán.

Pd: ¡Ahora ya puedo ver la película!

viernes, 7 de febrero de 2025

Grease. El musical.

Uno de los regalos que recibimos mi mujer y yo para los Reyes fueron un par de entradas del musical de Grease. Dos entradas con una situación perfecta en cuarta fila en el patio de butacas del Teatro del SoHo.  Nos hizo ilusión aunque yo mantenía ciertas reservas de llegar recuperado a la fecha de la bora, porque aún estaba convaleciente de la operación y digamos que no estaba seguro de que llegada la fecha me encontraba bien. No habían pasado diez días desde la operación, aún mantenía los puntos en la barriga y ya me veía en la sala de un teatro disfrutando de un musical.  

¿A quién no le gusta la película Grease? Seguro que hay alguien, la verdad. Hay gente para todo y en realidad es bueno que haya gente para todo y con todo tipo de gustos. No seré yo el que critique los gustos y disgustos de nadie siempre que se realicen de manera respetuosa. Pero a Pepi y a mí es una peli que nos gustaba, y habíamos comentado ir a ver el musical, pero lo fuimos dejando, así que cuando vimos el regalo nos hizo ilusión. ¡En mi trabajo me escuchan!

Una vez que se apagaron las luces y comenzó la magia del teatro te olvidas de todo. No hay nada aparte de unos actores y un espectador, salvo, algún que otro móvil sonando porque su despistado dueño no ha hecho caso a todos y cada uno de los avisos que dan para recordar apagar los teléfonos. En fin, cosas del directo. Mientras contemplaba lo ágiles que son los actores, lo estupendamente bien que cantan, lo extremadamente ligeros que se muestran al saltar y con la alegría y especial destreza que realizan todas y cada un de sus actuaciones, se te viene un poco el mundo abajo. Al menos a mí me pasó.

Empiezas a darte cuenta -aunque ya hace tiempo que lo sabes- que  no eres un joven que tiene la misma capacidad que los que tienes delante. Ese despliegue de energía te supera. Sabes que un tiempo en tu vida pudiste hacer algo así, aunque no lo hicieras, pero podría haber sido posible, pero ahora, ya, es imposible.

Lo sé, sí, tengo 51 años y me tendría que haber dado cuenta antes. De acuerdo, tienen razón, pero en mi descargo diré que me miro poco en el espejo, y todavía ando por el mundo sin tener una presencia exacta de mi envejecimiento. Aunque suene ingenuo, a veces tengo la sensación de que sigo creyendo que podría hacer cualquier cosa, y que tengo suficientes energías para todo pero la realidad es que no. La vida, la realidad, te da un guantazo de vez en cuando y te recuerda que aunque aún eres muy capaz de muchas cosas, ya hay una lista negra de cosas de la que hace tiempo que no eres capaz. Hice lo que pude, lo que quise o lo que me dejaron. Déjenme que crea que no soy lo que soy, ya me daré la hostia.

Pero al acabar me puse en pie a aplaudir a los artistas del musical. ¡Divina juventud!


miércoles, 5 de febrero de 2025

Blancura - Jon Fosse

Ya saben que soy caprichoso con las lecturas. Que un libro puede estar por casa varios años -también podría escribir décadas- y sin sospecharlo, sin ninguna razón aparente, salvo mis arbitrarias elecciones, tan azarosas e inciertas como impredecibles, podría ser el libro elegido.

En esta ocasión tenía en el horizonte acudir al hospital, ya saben, al trasteo de la entrada anterior, y se suponía que iba a estar una temporada con más tiempo libre, aunque todavía no sabía si con ganas de leer. El asunto es que tenía desde hace tiempo curiosidad por leer algo de Jon Fosse, el autor noruego galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 2023 y su última novela Blancura, me pareció que podría ser la adecuada. Me la habían regalado recientemente los Reyes Magos, y estaba todavía sin ubicar en ninguna estantería. Me lo llevé al hospital, me pareció que podría ser una lectura adecuada.

Un hombre conduce sin un rumbo en mente, hasta que su coche queda atascado al final de una pista forestal. Es una tarde de finales de otoño, ya casi no hay luz y comienza a nevar. En lugar de volver caminando hacia atrás en busca de ayuda o quedarse en el coche, de forma imprudente y sin saber muy bien por qué, el hombre decide adentrarse en el bosque. Inevitablemente, se pierde, y la noche sigue avanzando. Cuando el agotamiento y el frío empiezan a vencerlo, vislumbra un extraño resplandor en medio de la oscuridad.

Cuando leí este párrafo, que es parte de la sinopsis que acompaña al libro, no pude evitar pensar en la muerte, esa luz misteriosa era una especie de hipnótico fin, una puerta de salida o tal vez de entrada. Tendría que leer la novela. No andaba yo tan perdido como el protagonista, o tal vez sí. Pero lo acompañé a su viaje de descubrimiento, al principio algo aturdido por el efecto de la anestesia y lo acabé con una mezcla de esperanzadora desilusión. No sé si esto es posible, pero así fue. Luego pensé que el libro no es tanto religioso, como sí espiritual. No contesta preguntas directamente, pero te deja con muchas rondándote la memoria. 

En mi imaginación el libro me hizo evocar a las ballenas que se apartan de su grupo para acabar muriendo varadas en una playa. O a los elefantes que se separan de su manada, para alejarse en soledad al cementerio de elefantes, donde muy posiblemente perecieron sus padres y seres queridos. Es un final trágico el de las ballenas y los elefantes, pero al mismo tiempo -al menos a mí me lo parece- es romántico. ¿Y si los humanos hiciéramos lo mismo? ¿Y si pudiéramos prever nuestro último momento y decidiéramos coger el coche e ir al sitio donde todos tuviésemos nuestro final?


jueves, 30 de enero de 2025

Me trastearon

Me operaron, o como he querido poner en el título de la entrada, me trastearon. Me cambiaron tres bujías, apretaron ocho tuercas, sustituyeron cuatro manguitos, engrasaron el conjunto y listo. Cosquillitas. ITV superada.

Llevaba esperando el sello de la ITV desde hace años. Primero tuve que pasar cuatro veces por el chamuscador de entrada, luego unas cuantas revisiones preparatorias hasta que por fin me llamaron para el gran día. Me dijeron que sería un proceso largo, pero ni en mis peores presagios pensé que tanto. Años pasando por el chamuscador, retrasos incluidos, y seguidamente sus consiguientes atragantadas recuperaciones. Así una detrás de otra.

Avisado estaba pues me dijeron que echara paciencia, que me quedaba un largo trayecto de recuperación. No sé yo. Hay cosas para las que no tengo paciencia ninguna, y quizás con la que menos sea conmigo mismo. A ver qué tal esta vez.

La suerte que tengo es que me acompañaba la mejor enfermera, nadie me cuida mejor que ella. Yo me dediqué simplemente a dormir, a leer, a ver películas y de vez en cuando a eructar -los gases eran importante sacarlos-. Ella se ocupó del resto, es decir, de todo.

Encontrar la posición adecuada en el sofá dependía del tiempo que llevara sentado, pasado unos minutos cualquier posición molestaba. Encima tuve que ver todas las películas sin palomitas, porque durante un buen tiempo he subsistido a base de liquidito y puré. ¿Qué le vamos a hacer?

La cosa es que tras la inspección yo me encontraba peor que antes, aunque me aseguraron que todo había ido bien, y que era normal el malestar inicial, que poco a poco iba a ir notando mejoría. No sé, por ahora, no lo veo, pero como los mecánicos están hartos a encontrarse trastos como yo, pues supongo que llevarán razón, así que a hacerles caso y a tirar de optimismo y, por hacerlo más ligero le añado algo de guasa.  

No se preocupen por mí que bicho malo... ya saben.

Pd: He puesto una foto de paciente poser, para la tranquilidad de mis millones de fans... (jajajaj). Por cierto, tuve una habitación con vistas.

domingo, 26 de enero de 2025

Los Planetas + Airbag

He perdido la cuenta de las veces que he visto en directo a la banda granadina Los Planetas. Si me pongo seguro que puedo averiguarlo, pero en realidad me da igual, porque sean las que sean nunca son suficientes y siempre es bienvenida una más. Además en esta gira se cumplía en 30 aniversario de su disco Super 8, y venían comentando en redes sociales que la idea iba a ser tocar el disco tal cual se engendró el disco en 1995. Es decir, los diez temas en el mismo orden, y luego pues lo que ellos fuesen viendo según les apeteciera, pero primero, el disco Super 8 para celebrar el aniversario. La idea me pareció maravillosa, porque es un disco que he escuchado muchísimas veces pero que no tuve la fortuna de escuchar entero tal cual. Así que allí me apunté al concierto en la Sala París 15.

Por si fuese poco atractivo, los teloneros eran el trío de Estepona, Airbag, que nunca fallan. Tocaron Películas de miedo, que es un tema que me hizo mucha ilusión. Fui pronto para no perdérmelos. Hay que apoyarlos porque se lo merecen, aunque sólo sea por insistir, que a mi juicio es muy importante.

El concierto de Los Planetas comenzó con unos de sus temas más emblemáticos De viaje, para sorpresa de nadie, y continuó así hasta acabar con La caja del diablo. Después de ahí todo era posible. Segundo premio, Nunca me entero de nada, David y Claudia, Espíritu olímpico, Islamabad, que siempre me emociona en directo, Santos que yo te pinte, Un buen día... y para los dos últimos temas subieron Airbag al escenario a tocar con ellos Pesadilla en el parque de atracciones y terminaron el aniversario con lo que fue un Cumpleaños total.

Al salir del concierto, de vuelta en el coche a casa, no paraba de pensar que si vienen otra vez, ahí me tendrán.


Pd: Al concierto acudimos finalmente, Iker, un amigo de Iker, Francisco y yo.

domingo, 19 de enero de 2025

Los guapos

El año pasado, por estas mismas fechas, fuimos a ver una obra de teatro al majestuoso Teatro Cervantes, Camino al Zoo. Siempre he creído que el invierno casa bien con el teatro. Cosas mías. Luego regresamos por mayo a ver La Colección, pero esta vez en el novedoso Teatro del SoHo. 

Hemos llevado siempre que hemos podido a nuestros niños al teatro, intentando ofrecerles una educación cultural completa, pero siempre los hemos ido llevando a ver obras de teatro infantiles o juveniles. Como Sofía se ha decantado en sus estudios claramente hacia las letras pensamos que sería una buena idea traerla de nuevo al teatro, pero esta vez para ver una obra adulta. De entre las posibilidades elegimos una basada en un texto de David Trueba, con producción del Centro Dramático Nacional: Los guapos.

En la obra se representa el reencuentro de dos amigos, Nuria y Pablo, que una vez estuvieron unidos en su juventud, compartiendo pandilla, aunque separados de barrio. La juventud pasó y se fueron separando por caminos diferentes. Personas distintas partiendo desde el mismo punto, pero con direcciones opuestas. ¿Qué sucede cuando pasado ese tiempo vuelven a encontrarse? Queda algo de lo que una vez hubo o el tiempo y las circunstancias los han alejado tanto que ya es imposible volver al punto de salida. 

Actuaron Anna Alarcón y Vito Sanz. Nos gustó.


martes, 14 de enero de 2025

Un atardecer

Despertamos pronto el domingo porque mi hijo Miguel tenía que jugar un partido a las 11:00 de la mañana en el campo Suel de Fuengirola contra el Benalmádena. Ganaron en el último minuto remontando un 0-1 cuando perdían en el minuto 85. ¡Vaya alegría se llevaron los chavales! Tras el partido teníamos decidido ir a Málaga para ver la exposición Desnudos. Cuerpos normativos e insurrectos en el arte español (1870-1970) que yo tenía ganas de ver desde su inauguración, en octubre. Esperamos que Miguel celebrara con sus compañeros de equipo, se duchara y tiramos para Málaga. ¡Vaya fiesta se dieron!

Almorzamos en un restaurante cerca de la calle Compañía, ya en la capital costasoleña. Miguelito estaba canino. En la sobremesa, tras un postre, fuimos a la exposición, pensando que habría poca afluncia a esa hora de un domingo, y además, también hay que decirlo, la entrada es gratuita los domingos por la tarde. La exposición me encantó, pero ya he hablado sobre ella en la entrada anterior.

Abandonamos la exposición en dirección a la calle Larios comentando los cuadros, cuál nos había gustado más a cada uno, y en eso estábamos cuando sin darnos cuenta, y sin abandonar el ensimismamiento de la exposición quedamos inmersos en la belleza de la calle Larios. La sutil inclinación de la calle permite tener una perspectiva casi paisajística. Pareciera que abandonábamos el museo recorriendo una calle en el interior de un cuadro de Antonio López, pero sin estar en Madrid. Las decoraciones clásicas, las simetrías en cada esquina, la esbeltez de los balcones, la armonía de dimensiones de toda la calle. Es una calle de una perfección y una singularidad asombrosa. Hay vida e historia en ella. Pasear por la calle Larios me congratula con la humanidad. Me hace ser más comprensivo, más paciente, en realidad, me hace mejor persona. Suena extraño, incluso algo alocado pero es así. Esta calle me hace mejor persona. Pasear por ella, a paso lento, observando las peculiaridades, su armonía, me alegra la vista y me complace hasta el punto que durante un rato me olvido de la sinrazón que gobierna a la raza humana. Entiendo que no todo el mundo piense igual que yo. Sinceramente, lo siento por ellos.

Cogimos el coche y pusimos rumbo de vuelta a casa. Le dimos play a una lista musical que tenemos preseleccionada, y tras un rato conduciendo, pasado Torremolinos por la autopista, un atardecer  sobrecogedor estaba mostrándose delante de nuestros ojos. Parecía un pavo real mostrando sus mejores galas. Todos los coches comenzaron a frenar. Costaba conducir estando atentos a la carretera de la belleza que se nos ofrecía delante de nuestros ojos. Si todos hubiéramos podido bajarnos de los coches a contemplar el atardecer lo hubiéramos hecho. Todos estábamos conmovidos por semejante visión. 

Estoy convencido que todos los que allí estábamos enternecidos por ese momento casi mágico, éramos mejores personas, no sé si me entienden.


La foto la hizo Pepi, no tiene pasado ningún tipo de filtro, salvo el cristal del coche. Y créanme si les digo que la foto no le hace justicia a la realidad.

lunes, 13 de enero de 2025

Desnudos

Presentó una exposición el Museo Carmen Thyssen de Málaga titulada Desnudos. Cuerpos normativos e insurrectos en el arte español (1870 - 1970), en la que se presentaban obras de Sorolla, Julio Romero de Torres, Picasso, Dalí, Miró, Zuloaga, Chillida o Mariano Fortuny entre otros muchos. Sólo con los nombres ya se comprende que no es una exposición cualquiera. Un total de casi noventa obras conformaban la exposición. Por si fuese poco, en el mismo museo, durante un tiempo solapado, también exhibía una exposición sobre Sorolla titulada Sorolla en Andalucía. Un doble atractivo.

De manera que una mañana de domingo que tuvimos libre nos presentamos en Málaga para visitarla. Me encantó. Me fascinaron muchos cuadros. La belleza del desnudo, su dificultad, su relación con la historia... Una maravilla de exposición.

Entre las obras que me atraparon destacaría la reinterpretación clásica por Dalí de Las señoritas de Aviñón (1970), aunque muy distante tanto en el tiempo como en la concepción. Dalí no respeta ni siquiera el número de señoritas. Los rostros borrados no impiden la provocación del cuerpo femenino, que se presenta más desprejuiciado y clásico que el famoso cuadro original de Picasso que agitó el mundo del arte. Es casi un boceto pero tiene una simpleza que lo hace tremendamente atractivo.

También hay un cuadro de un primerizo Picasso, durante sus años de estudiante, en los que dibuja a un joven atlético basado en la perfección física clásica, con una pose en pie, con la cadera ladeada, probablemente copiada del natural, donde demuestra lo buen pintor que era aún en su juventud, pese a lo mucho que aquellos que sólo han visto cuadros suyos cubistas piensan que pinta.

Entre las obras expuesta hay que destacar está Desnudo de mujer (1908) pintado por Aurelia Navarro en el cual versiona a la Venus del espejo de Velázquez. La pose recostada de espaldas, y reflejada en un espejo es maravillosa. La sutileza del colorido, la gasa sobre el jergón, el pendiente en la oreja es de una sutileza maravillosa. Fue un cuadro muy controvertido al ser un desnudo y además pintado por una mujer, lo que se consideró impropio de la época, y más teniendo en cuenta que el desnudo, al parecer, posee el rostro de la propia autora.

Un cuadro que no me canso de admirar siempre que tengo la suerte de cruzarme con él es Desnudo con guitarra (1894), de Ramón Casas. Un cuadro realista que enamora a simple vista. Una mujer desnuda de piel limpísima y nivea, tumbada en el suelo, recogida sobre sí misma, con el pelo oscuro revuelto. No se muestra el rostro en el cuadro, tampoco hay provocación en el desnudo. En el fondo, cortado en la composición hay una guitarra  apoyada en el suelo y junto a ella, sobre la misma pared un lienzo con bastidor. La composición hace más preguntas que ofrecer respuestas. ¿Es el estudio del pintor? ¿Quién es la muchacha en el suelo? ¿Qué le sucede? ¿Qué hace desnuda? ¿Posó para el pintor?

Cada uno de nosotros tendrá su propia interpretación y lo más importante, nuestras propias preguntas.


Pd: No pude evitar acercarme a ver a Aline Masson en La Lectura. 

domingo, 5 de enero de 2025

Un partido fuera de lo común

Ya saben los cuatro gatos que siguen este blog que aproximadamente cada dos semanas tenemos una cita en el estadio de La Rosaleda, porque es casa del equipo de nuestros amores, el Málaga CF. Así lleva siendo durante años. Dos veces al mes, partido en Málaga. Algunas pocas veces hemos acudido al estadio para ver partidos de la Selección Española. A veces han sido amistosos, a veces han sido de clasificación. A parte de esos partidos poco más he ido yo a ver al estadio de Martiricos.

Hace muchos años creo recordar que fui a ver un Real Madrid - Ajax, no sé si fue un partido de pretemporada. Un Trofeo Antena 3, o algo así. También vi un partido del Mundial de Naranjito. Estas navidades el Marbella FC, de Primera Federación, en Primera Ronda eliminó al Bergantiños FC en Galicia, mientras que el Málaga quedó eliminado por el CD Estepona.

En Segunda Ronda el Marbella eliminó al Burgos CF y pasó a jugar dieciseisavos de final, donde fue emparejado mediante sorteo contra el Atlético de Madrid. Un partido tan atractivo que la demanda de asistencia al partido superaba con creces el aforo del estadio del Marbella. De manera que llegaron a un acuerdo y el partido se disputó en La Rosaleda.

Decidimos ir a ver el partido, y lo cierto es que el Marbella FC puso en muchísimos apuros al todopoderoso Atlético de Madrid, que superó la eliminatoria con un solitario gol de Griezmann. Sobre el césped el once de Simeone apenas tuvo reservas. Simeone no se fiaba. Le Normand, Pablo Barrios, Rodrigo De Paul, Julián Álvarez o el propio Griezmann completaban el plantel. Además participaron Koke, Sorloth, Correa o Marcos Llorente. El resultado 0-1, mantuvo la emoción hasta el pitido final. Qué gran papel hizo en el partido el Marbella FC.



Pd: En la siguiente eliminatoria el Atlético eliminó al Elche CF (0-4), seguidamente al Getafe CF por un contundente (5-0) y en semifinales cayó frente al FC Barcelona, a doble eliminatoria, tras empatar en la ciudad condal en un partido loco por un inusual marcador de 4-4, y perder finalmente 0-1 en el Metropolitano de Madrid. La copa se la llevó el FC Barcelona en prórroga contra el Real Madrid CF.