sábado, 27 de julio de 2024

Sedajazz Latin Ensemble & Sole Giménez

Apenas dos días después de disfrutar del concierto que Diana Krall ofreció en el Starlite de Marbella, tenía en mi agenda otra cita jazzística, aunque esta vez en Alhaurín de la Torre, en lo que viene conociéndose como el Portón del Jazz, ya que se celebra en La Finca El Portón, de Alhaurín de la Torre.

De los cuatro conciertos programados este año para el Festival de Jazz, me decidí a ver el de la formación valenciana Sedajazz Latin Ensemble, que además traían como voz a la reconocida cantante Sole Giménez (ex Presuntos Implicados). El año anterior el nivel del concierto que pude disfrutar fue muy alto, Jazzmeia Horn realizó una demostración vocal pocas veces vistas, pero me fui algo descontento por el comportamiento del público. Varias veces tuvo la cantante que pedir que por favor permanecieran en silencio, y aunque se recondujo la situación hasta el extremo de que ella al final del concierto dio las gracias en un divertido castellano articulando: "Gracias por callarte la boca". 

Pensé que al ser una banda con más músicos, y que les acompañaba una cantante muy respetada y con muchas tablas, igual el comportamiento sería mejor, como finalmente fue.

El concierto comenzó casi con veinte minutos de retraso esperando que finalmente todo el mundo tomara asiento. Comenzaron con un tema corto y alegre, Cubauza, dedicado al músico cubano Mario Bauzá, con arreglos de Mike Philip Mossman. Su siguiente tema fue Keiko Jones, dedicado a la mujer de origen japonés de Elvin Jones, que así se llamaba.

Tras este tema, presentó a la formación: Kontxi Lorente al piano, Abelito Sanabria al baby bass, Tiko Porcar a la batería, Carlos Llidó a las congas y en la sección de vientos, Vicente Marcial con el saxo tenor, Perico Sambeat al saxo alto, Fede Crespo a la trompeta, Paco Soler al trombón y Francisco Blanco al saxo barítono.

Continuaron con una composición de Felip Santandreu titulada El misteri del terrat de la botiga de la Amparo y acabaron con Este también antes de dar paso a la vocalista invitada, Soledad Giménez, que comenzó su interpretación con Vereda tropical, y continuó con el bolero Contigo en la distancia. Especialmente divertida fue la interpretación de El manisero, como especialmente triste son las circunstancias que rodean la canción Nosotros de su autor cubano, Pedro Junco. 

Continuaron el recital tocando una versión adaptada a una big band latina de Cómo hemos cambiado que resultó muy acertada y como despedida nos regalaron una versión de la maravillosa canción Mediterráneo de Joan Manuel Serrat. En el bis, tocada con una sencillez cautivadora, Alma de blues hizo la delicia de todos los asistentes, y cuando parecía que estaba todo acabado, aún aceptó interpretar de nuevo, pues dijo que no tenían más canciones preparadas, y que tendrían que repetir un tema de los ya tocados esa noche.  Tocaron como colofón final Vereda tropical por segunda vez.

jueves, 25 de julio de 2024

Diana Krall de vuelta al Starlite

Regresaba Diana Krall al Starlite Festival de Marbella. Si no me equivoco iba a suponer su tercera visita mientras que para mí sería la segunda. En esta ocasión vine acompañado de mi santa, Pepi, y una pareja de amigos, Sagri y Miguel, que también son aficionados al jazz.

El concierto comenzó con unas salpicadas notas de piano de cola, hasta ir encontrando el camino que le dirigió a Almost like being in love, uno de esos inolvidables American Standard de jazz, al que se sumó seguidamente el contrabajo de Sebastian Steinberg (ex Soul Coughing) y a la batería Matt Chamberlain (ex Pearl Jam). Quizás la expresión mínima de una banda de jazz. Para mí la más íntima y cautivadora en los distintos formatos de jazz.

Continuó con All or nothing at all y I've got you under my skin, con una interpretación lenta. Ambas ya las había interpretado en este mismo recinto en su concierto de 2022. Una de las sorpresas de la noche fue la versión de Queen Jane approximately, el tema de Bob Dylan que cantó con una dulzura inmensa. Se llevó una gran ovación. Retomó el piano con un vagabundeo en ritmo de blues, que fue creciendo, yendo y viniendo, hasta que Lost Mind se posó sobre el escenario para poco a poco ir desapareciendo hasta de nuevo quedarse en una simple base de blues al piano. Me encantó.

Un solo de contrabajo inició lo que luego fue Just you, just me, famosísima canción que ha entrado en la historia del cine americano por aparecer en películas musicales como New York, New York, donde Liza Minelli llevó la parte vocal. En la canción hubo tiempo también para que la percusión tuviera su solo en mitad de la canción, en una interpretación animadamente rítmica. El siguiente tema que interpretó fue In the wee small hours of the morning, de Frank Sinatra que bajó el tempo del concierto hasta el momento más íntimo. Antes de continuar contó que esta canción, They can't take that away from me, inevitablemente, le recuerda Tony Bennett, recientemente fallecido, con el que grabó esta canción en el disco que publicaron juntos en 2018. 

La siguiente canción fue una inesperada sorpresa, aunque la anunció "this next song is from Neil Young". Y con un ritmo de batería al que se unió el contrabajo fue creciendo Mr Soul. Después de la primera estrofa la canadiense fue entremetiendo notas sueltas hasta que fue ganando protagonismo y se hizo el instrumento central. La canción paró en seco, y volvió a arrancar para finalmente terminar con el el estribillo final casi susurrado al oído de un amante. Fue una verdadera maravilla de interpretación.

La siguiente canción que interpretó fue una de mis canciones favoritas que Diana Krall ha grabado, How deep is the ocean, pero la versión que interpretaron fue muy distinta de la grabación, la hicieron más animada, cuando a mi gusto es una balada maravillosa. Fue una pena, y al mismo tiempo una fortuna.

Acabaron el set con Heart of the country de Paul & Linda McCartney y Let's face the music and dance, con ese ritmo tan endiablado que la vertebra, donde la gran pianista hizo demostración de su virtuosismo. Terminó pidiendo un aplauso para sus dos músicos acompañantes y comentando el calor que hacía. Daba la impresión de que no iba a volver. Algunos espectadores impacientes empezaron a recoger para abandonar la cantera del Starlite, pero la pianista de voz sensual nos tenía reservado lo mejor para el final.

Desde las reconocidísimas primeras notas de Take the "A" Train no hubo dudas. Parecía que nos metía prisa para no perder el tren (que por ahora es imposible en Marbella) e improvisó a ratos una letra alternativa con un "Look at the sea".

Para despedirse nos tenía reservada una grata sorpresa de otro canadiense, Leonard Cohen. Entonces Matt Chamberlain activó una caja de ritmos,  y junto con el contrabajo y la percusión fueron creando el ambiente perfecto para que Diana comenzara a cantar Famous blue raincoat. Un ritmo venenosamente arrastrado, su voz aterciopelada y una letra inmejorable. Las notas del piano y la piel de gallina. No podía imaginar un mejor final que ese Sincerely, L. Cohen susurrado por Diana Krall.


martes, 23 de julio de 2024

La idea natural - María Negroni

Me enamoré de este libro la primera vez que lo vi. Me gustó todo de él. El título La idea natural encerraba ese algo de misterio que te hace preguntarte de qué va, la portada -imaginé- sacada de un vetusto libro de botánica, los colores cadenciosos, la editorial que es insignia de calidad, y prácticamente todo lo que desde ese momento leí de él, me llevaron a querer leerlo.

Es un libro pequeño, casi un juguete, en el que la autora argentina, María Negroni, reúne esbozos de vidas entregadas a la ilusión del conocimiento, en el que catalogar es un modelo de aprendizaje y de enseñanza. Este libro incluye una especie de guía naturista, donde se muestra los momentos trascendentales pero también los anecdóticos de vidas dedicadas al rigor metódico de la observación. Los viajes de exploración y el descubrimiento minúsculo. Donde las ilusiones se sirven de brújulas sin norte, en el inmenso y laborioso esfuerzo de la mínima apreciación diferencial. 

Negroni muestra vidas plenas de conocimiento, dedicación y fervor al servicio de la pulsión natural como objetivo. La desmedida entrega personal a la pasión interior por la naturaleza y la divulgación científica. Una joya de libro.


sábado, 20 de julio de 2024

¡Clélia de vuelta en España!

Aterrizaron Sofía y Miguel desde París sobre las once de la noche, y con ellos vino Clélia. Ahora le tocaba a ella practicar el español durante una semana. Nos contó que venía con ganas de sol y de playa y en realidad eso es lo que le esperaba, aunque también le tocó ver la final de la Eurocopa en casa.

El primer día la llevamos a desayunar churros con chocolate, que según dijo en su primera visita era una de las cosas que más le gustó. Como llegaron desde Francia un sábado por la noche, ese primer día pude acompañarlas a las actividades, pero luego a otras no me fue posible. C'est la vie. Ese día fuimos a comer al K'udamm, en lo que fue la previa al partido de la final. Los nervios estaban a flor de piel.

La final la vimos en casa, y por suerte España ganó la Eurocopa a Inglaterra con goles de Nico Williams y Mikel Oyarzábal, y tras el partido Clélia pudo acompañar a Sofía a dar una vuelta por Fuengirola para ver la celebración. Miguel estaba como loco. Como el corazoncito de Clélia ya es un poco español, yo creo que disfrutó de la victoria, aunque me temo que a Clélia el fútbol ni le va ni le viene. Pero bueno, es un recuerdo que tendrá.

Al día siguiente por la mañana descansaron. Pepi les hizo una paella en casa y por la tarde fueron a la playa, pero no podían estar mucho tiempo porque por la noche salimos con unos amigos a cenar a una pizzería, Casa Pasta, en Fuengirola. Terminamos paseando fresquitos por el Paseo Marítimo y tomando un helado que terminara de refrescarnos.

El día siguiente era el día del Carmen, y Clélia pudo vivir al completo la Festividad del Carmen y pudo ver la procesión con la Virgen entrando en el mar y también los fuegos artificiales. Sofía nos contó que le había impresionado mucho.

Cada día una actividad. Para ese día Sofía y Clélia fueron a visitar el Bioparc de Fuengirola, que es el Zoo de Fuengirola, que a mí personalmente me encanta. Disfrutaron viendo el acuario nuevo y algunos de los muchos animales que tiene en semilibertad. Luego fueron a dar un paseo por Fuengirola con las amigas de Sofía y a cenar algo, para acabar con un helado, que con el calor que hacía es casi obligatorio.

Como teníamos la intención de hacer cosas distintas a la visita anterior de Clélia, fuimos al puerto de Málaga para realizar un paseo en catamarán por Málaga, aunque Clélia nos dijo que ya había montado en otra ocasión en catamarán. Seguidamente visitamos el exterior del Pompidou pero pensamos que para ella sería mejor visitar el Carmen Thyssen, y ya pues nos quedamos a cenar en Málaga.

Sofía tenía previsto, desde hace bastante tiempo, asistir a un festival que se llama Puro Latino, así que comimos en casa y por la tarde, cuando Sofía se fue, Pepi y Clélia fueron a la playa y por la noche, donde ya pude unirme, salimos a cenar a un restaurante de comida asiática, en los que también nos acompañó Claudia, que así pudo conocer a Clélia. Y seguidamente todos fuimos a tomar un helado.

Al siguiente día, Sofía, Clélia y Miguel fueron al Parque Acuático, en el que también estuvo nuestro sobrino Dani. Les encargamos que tuvieran mucho cuidado de que Clélia no se quemase la piel al sol, pues ella tiene la piel muy blanca. Se ve que nos hicieron caso y se puso bastante crema protectora, porque se puso coloradita, pero no se quemó. Esa misma tarde vino Magali en avión y, tras recogerla en el aeropuerto, pudimos ir los seis juntos a cenar al Mesón El Torillo, donde, a mi juicio, pasamos una estupenda velada y comimos muy bien.

El último día, antes de coger un avión que las llevara de vuelta a La France, para disfrutar de una despedida en condiciones, fuimos de nuevo a desayunar churros con chocolate! Fue complicado llevarla a muchos sitios porque a mí me pilló trabajando y porque con el calor tampoco se pueden hacer muchos planes distintos a los que incluyan algo fresco.

jueves, 11 de julio de 2024

Pearl Jam dos noches en Barcelona

Mientras Sofía y Miguel estaban en Francia, Pepi y yo aprovechamos para ir a Barcelona, no por casualidad ni por cuadrar unos días cuando ellos no estaban, más bien al contrario, porque esta escapada a la Ciudad Condal era algo que ya teníamos reservada hace tiempo. Pearl Jam venían a Barcelona para dar un par de conciertos y teníamos las entradas compradas meses antes y tuvimos que hacer trabajos de encaje para que todo pudiera darse.

Siempre quise ir a ver dos conciertos seguidos de la banda de Seattle. Puede parecer un capricho o una tontería pero es algo que tiene varias ventajas. Puedes ver dos conciertos sin tener que cambiar de ciudad, con las ventajas económicas y de logística que conlleva, y además porque suelen variar más su repertorio de canciones. Por si fuera poco, tengo un buen número de amigos a los que podría ver por Barcelona, y tener un día libre entre los dos conciertos lo hacía conveniente. Todo indicaba que los dos conciertos de Barcelona eran las fechas adecuadas. 

Pero no siempre es posible asistir, y aunque sea posible, a veces las circunstancias no se dan, como me pasó en el última ocasión, verano de 2022, que fui a Amsterdam para verlos tocar en dos fechas en el mismo recinto, pero finalmente, debido a problemas de la voz del cantante, Eddie Vedder, sólo se pudo celebrar el segundo de ellos. Fue un palo bastante gordo estar allí en la puerta del recinto el primer día, con la entrada en el móvil, para que finalmente el concierto no se pudiera dar. Al menos no fue todo decepción y me quité las espina porque sí pudo actuar en el segundo concierto que además supuso el fin de gira europea.

En Barcelona también iban a coincidir dos conciertos, con un día de descanso en medio y también me tuvieron con la mosca detrás de la oreja, porque venían de suspender un concierto en Londres, y dos en Berlín. Los dos siguientes conciertos tras las anulaciones eran los de Barcelona. Así que volamos con la incertidumbre de si veríamos finalmente dos conciertos o no. Siempre con el corazón en un puño.

La misma mañana del concierto todo parecía indicar que sí, que iba a ocurrir, y bueno, por mucho que todo parecía señalar que sí que iba a suceder, hasta que no accedimos a nuestras entradas de pista y vimos a los teloneros The Murder Capital actuar, no pude estar tranquilo.  Luego con los primeros acordes de Footsteps la sensación de descanso y una simple alegría afloraron.

Francisco se unió al primero de los conciertos. No llegó con nosotros en el avión, pero llegó en el siguiente vuelo. Hizo bien porque fue un conciertazo. 24 canciones con la banda con muchas ganas. Entre ellas temas que yo estaba deseando escuchar. El inicio del concierto con Footsteps o Present Tense que fue la primera vez que la pillé, como también ocurrió con Habit. Además de un buen número de las canciones de su último disco (cinco canciones) y algunas canciones que siempre estoy deseando escuchar, como In my tree.

Al día siguiente, teníamos jornada de descanso entre los dos conciertos. Y decidimos ir a dar una vuelta por el centro y visitar los exteriores de algunos de los monumentos sobresalientes de Barcelona: La Sagrada Familia, La Pedrera, la Casa Batlló,... y comimos algo rápido por el centro, y seguidamente fuimos al Sonora, un local donde Estúpida Fregona (la web de Pearl Jam en español)  había organizado una fiesta alrededor del concierto. Allí nos reencontramos con un muy buen ambiente y un buen puñado de amigos que venían desde casi todas partes de la geografía española. Desde Guipúzcoa, Valencia, Vigo, Madrid, Murcia, Elche, ...  a la mayoría los había visto en el concierto de la jornada anterior. Por desgracia Francisco tenía el vuelo de vuelta esa tarde, se fue contento por lo vivido pero algo triste por lo que se suponía que se perdería el día siguiente. Algo es algo.

Llegó la fecha del segundo concierto. Nos tomamos la mañana más o menos libre, a pasear con los amigos por Carrer dels Tallers, tomar unos vermuts, visitar discos Revolver, y terminamos comiendo arroces en un sitio que ellos conocían y comimos estupendamente. Lo siguiente fue tirar para el Palau Sant Jordi. Siempre que se avecina un concierto, y más de Pearl Jam, noto unas maripositas por la barriga. No lo puedo evitar.

En este concierto nos colocamos algo más centrados, también en pista, había menos público que la jornada anterior. Normal, los precios no ayudaron a la asistencia. A mi juicio los teloneros sonaron mejor que el día anterior, porque Pearl Jam sonaron estupendamente los dos días. No sabría decir cuál de los dos conciertos me gustó más. Este segundo concierto tocaron veinticinco canciones, una más que el primer día. Lo dos fueron estupendos. El segundo concierto comenzó con Oceans, y supuso mi noveno concierto, y mi noveno inicio distinto. Interpretaron seis canciones de su último disco, y me quedo con la maravilla de Immortality, o la sorpresa de Who Ever Said. Smile me pareció estupenda igual que State of Love and Trust. Tras el concierto fuimos despidiéndonos de los amigos que ya no volveríamos a ver hasta quién sabe cuándo y continuamos nuestro camino al hotel, donde aún nos dio tiempo a despedirnos de una noche estupenda tomando una cerveza fresca.

Nuestro último día fue para despedirnos de Barcelona paseando por la ciudad. Visitamos el Mirador de Colón, el barrio de la Ribera, hasta la Basílica de Santa María del Mar en el barrio de Born y su centro cultural, el parque de la Ciudadela. Desde ahí regresamos por el Mercado de Santa Caterina, la Plaça Nueva, la Catedral de Barcelona, la Basílica de Santa María del Pi, el Mercado de la Boquería, y bueno, pasear dejándose llevar admirando y disfrutando de una ciudad tan bonita como Barcelona paseando por La Rambla, camino del restaurante La Lluna, que es una  recomendación de mi amic Viti, donde almorzamos estupendamente. Cruzamos por la Plaza de la Universitat, y nos despedimos tomando una horchata en orxatería La Valenciana. Ya todo fue, ir a recoger el equipaje en el hotel y tirar para el aeropuerto.

Mientras, Miguel y Sofía seguían por tierras francesas, y aunque nosotros tuvimos que ver en el aeropuerto la semifinal de España contra Francia, en el móvil, ellos, en cambio, pudieron verlo en una casa francesa. Cuando el avión iba a despegar tuvimos que despegar y nos quedamos mitad de partido con la incertidumbre de la selección pasaba o no. Pasó España, y como curiosidad diré que me enteré del resultado porque el piloto del avión nos informó durante del vuelo. La final la veríamos en casa.

miércoles, 10 de julio de 2024

¡Sofía y Miguel en La France!

No creo que exista una mejor forma de aprender un idioma que hablándolo, y especialmente haciéndolo con personas nativas. Ese es el sistema que desde hace unos años estamos llevando a cabo con una familia francesa. Primero, gracias a un intercambio preparado por el instituto, Sofía fue a Francia a casa de una familia francesa, y poco después vino a nuestra casa su compañera de intercambio, Clélia. El intercambio funcionaba de manera que Sofía hablaba francés toda la semana en Francia y Clélia hablaba español en España. Ahí comenzaron a mantener una relación entre ellas y también con las familias respectivas. La amistad, con los años, poco a poco, ha ido creciendo. Y como dice el dicho popular: el roce hace el cariño.

Al año siguiente Alicia, la hermana menor de Clélia, vino a casa, y Sofía volvió a ir. Pero este año una nueva pieza ha entrado en juego y ahora van Sofía y Miguel. Creo que de esta forma es posible que la inmersión lingüística no sea ideal, porque será inevitable que ellos en algún momento conversen en español, esquivando el francés, pero en cualquier caso es mejor así que nada. Seguidamente con ellos vendrá Clélia.

Mientras Sofía y Miguel estaban en Francia, Pepi y yo habíamos aprovechado para irnos a Barcelona,  pero eso es otra historia que contaré en otra entrada, porque creo que lo merece.

Miguel y Sofía volaron bien temprano en un avión de Vueling hacia el aeropuerto de París-Orly, donde los recogieron Clélia, Florent -el hermano pequeño de la familia- y Olivier -el padre-. Pasaron cerca del Arco del Triunfo, desayunaron algo tan chic como un croissant con chocolate y seguidamente subieron a la Torre de Montparnasse desde donde hay unas vistas panorámicas de toda la ciudad, dicen que incluso mejores que desde la Torre Eiffel, porque claro, se ve todo, más la Torre Eiffel. Visitaron los alrededores de la Torre Eiffel y tiraron para Rouen, pues a las 18:00 jugaba España. Tampoco puedo contar mucho de lo que hicieron con exactitud porque yo andaba a cientos de kilómetros, pero sí sé que España ganó a Alemania en los cuartos de final de la Eurocopa, con con gol de Mikel Merino en la prórroga. Francia ganó a Portugal ese mismo día en los penaltis. Las semifinal iba a ser España vs Francia y a mis niños les iba a tocar vivirlo en una casa francesa. Les pedí que se comportaran como siempre les digo, pero conociendo lo encendidos que se ponen a veces con el fútbol, y sabiendo además, que ambos en previsión se llevaron en el equipaje la camiseta de la selección española para vivir los partidos, he de reconocer que temía que pudieran excederse un poquitín, como me temo que fue.

Al día siguiente  los llevaron a visitar y pasar el día en Deuville, una población costera de la Normandía, famosa por sus playas y su arquitectura típica. Las escasas fotos que pude ver de la localidad me pareció preciosa. También los llevaron a jugar a una bolera, y jugaron al billar y a visitaron un parque donde hay reproducciones en miniatura de los principales monumentos franceses, que se llama France Miniature, y está ubicado en Élancourt, una pequeña población francesa en las afueras de París.

También realizaron la visita de los jardines donde Claude Monet pintó Los Nenúfares, en Giverny. Esta es una visita que a mí me hubiera encantado hacer. Otra actividad que realizaron fue visitar una granja donde pudieron hacer velas naturales, con cera natural, donde tuvieron mucha suerte con el tiempo, y pudieron pasear e incluso visitaron un parque de atracciones (Parc du Bocasse) donde lo pasaron bien en grande. En estas atracciones les acompañaron algunos familiares.

Otro día se acercaron al centro de Rouen para que Miguel pudiera ver la Catedral, pues era su primera vez en Rouen, y suerte tuvieron porque ese mismo día poco después de su visita la catedral sufrió un incendio. ¡Vaya casualidad! En su último día, de vuelta a París, los llevaron a un sitio de realidad virtual, donde disfrutaron de un viaje por encima de París con unas gafas 3D. ¡Tiene que estar chulo eso! Comieron en un restaurante italiano y los llevaron a ver una obra al L'Olympia. ¡Qué me hubiera gustado ir alguna vez! Allí tocaron The Beatles o The Rolling Stones sus primeros conciertos fuera de UK. El concierto de Camarón allí es historia. Es un local cargado de historia.

La sensación es de que lo pasaron muy bien, y que tuvieron la suerte de vivir una semifinal de España - Francia en territorio francés, y que la selección roja ganó el partido a pesar de comenzar perdiendo. Bien que lo celebraron. La selección pasó a la final. Allí nos esperará Inglaterra, que eliminó a Países Bajos. Pero para la final ya estarán de vuelta y la verán en casa.

Volaron de vuelta en Transavia y venían acompañados con Clélia, a la que le esperaba una semana aquí con un buen montón de actividades.