Me gusta la cocina y me gusta leer, aunque no tanto leer libros de cocina, y nunca había leído a un escritor hablar sobre cocina. Creí que éste era un buen libro por el que comenzar y acerté. Lo cierto es que, una vez leído, no aprendí mucho de cocina leyéndolo, algunas cosas sí, claro, siempre se aprende algo leyendo, como que es importante respetar y tener en cuenta los tiempos, así como anotar las que sabes que te funcionan. La cocina no es una ciencia exacta y cada horno, cada placa de fuego tiene sus propias medidas. Por eso hay que ir aprendiendo los tiempos de cada plato en casi cada cocina.
Me he reído mucho con este libro, y si bien muchas de las sugerencias se escapan a la sencillez de mis platos habituales, sí que tras leerlo me han entrado más ganas de cocinar cosas distintas, que no es poca cosa.
Una cosa que tengo en común con Julian Barnes es que ama ir a Mercados, hacer la compra, ir a ver qué es lo que hay fresco, cuáles son las frutas o verduras de temporada. Ir al mercado es siempre algo más caro, es cierto, pero también es cierto que se compra mejor calidad en la mayoría de los casos.
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