La banda neoyorquina Interpol vino a la Sala París 15 de Málaga para presentar su último álbum, The other side of make believe. Yo no podía faltar y apunto estuve, porque apenas dos días antes me quemaron el esófago ya por cuarta vez. Ese farragoso y alargado proceso de recuperación de mi esófago que están llevando a cabo los especialistas del aparato digestivo. En sus manos estoy. Bueno, lo importante es que estuve.
No vendré a decir que es la banda de mi vida, ni que he seguido todas y cada unas de las publicaciones de sus discos con atención porque no es cierto. He tenido atenciones y desatenciones con la banda liderada por Paul Banks. El primer disco Turn on the bright lights me pareció maravilloso, el segundo incluso me llegó a enganchar más, pero Our love to admire, aunque amé Rest my chemistry me pareció un disco más flojete, o por lo menos no conecté tanto con él. Y bueno, se me cruzaron otras bandas y las muchísimas posibilidades de escuchar música que tenemos ahora y las escuchas de ese disco pasaron casi a un plano ocasional.
Luego he ido siguiéndolos de forma dispersa, temas sueltos, pero en este último disco sí que me ha llegado. La canción Fables me enganchó en la primera escucha y el disco me parece un paso adelante de la banda. Daniel Kessler, el guitarrista y corista de origen británico criado en Francia y residente en Manhattan (según dicen) se ha ido forjando un más que merecido reconocimiento en su carrera a través de sus pegadizos riffs y la seriedad de sus punteos. No sé si llamarlo buen gusto o qué pero conecto mucho con su forma de tocar y sus sonidos.
Sonaron de maravilla y no lo digo a la ligera, uno de los directos últimamente que mejor han sonado. Encantado con el sonido de la Sala París 15, donde también sonaron estupendamente Bad Religion.
Tocaron lo que todos los allí presentes esperábamos. Canciones como Evil, C'mere, Narc, Pioneer to the falls, Rest my chemestry o The New. También tocaron la que yo tanto esperaba Fables pero me quedé con las ganas de Untitled, que es una de mis favoritas. Una suerte poder haberlos visto.
Pd: Tuvimos de teloneros a un dúo americano de música de lo que vienen a llamar electro indiepop, Water from your eyes. Bueno, digamos que no me emocionaron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario