Anunció Nikki Hill gira por España y una de sus paradas era en Granada, en la sala El Tren. Un miércoles. A una hora y media en carretera. Complicado, pero por fin pude ver a Nikki Hill. Ya se me había escapado en giras anteriores y no quería que esta vez se me esfumara otra oportunidad.
Rafa y yo fuimos a Granada, directos a la sala. Salí del trabajo, me recogió en la puerta y nos fuimos sin perder el tiempo. Vimos un conciertazo. Tienen una banda estupenda. Nikki tiene una voz que me encanta y lleva siempre un ritmo tan contagioso que desde el primer tema ya no puedes parar. Matt, su marido, toca la guitarra de forma desenfadada, como si hiciera algo simple y sencillo y hace que suene tan natural que te crees que lo que hace lo puede hacer cualquiera, pero todos sabemos que no. Laura Chávez es una verdadera superclass tocando la guitarra. Entra y sale de la canción casi sin darte cuenta, pero cuando se va la echas de menos. Es tan precisa que asusta. Nick Gaitan es de esos bajistas que hacen su trabajo, están ahí, con su bajo colgado hasta la tirantez, con los ojos cerrados, sintiendo el ritmo, algo suciete de sonido, pero queda estupendo y parece que disfruta tanto o más que los que estamos abajo en el piso gozando de su música. Marty Dodson es puro nervio, es de esos baterías que sabes que lo pones a tocar con quien sea y va a sacar buena nota. Tenía un toque jazz, y bluegrass. Muy cálido. Lo mirabas y parecía que estaba concentrado llevando la respiración. Muy top. Pero lo mejor de todo, sin duda, es el conjunto, que es espectacular.