De vez en cuando llega un domingo y lo tenemos libre de actividades. Ningún plan pendiente de realizar. Esos domingos suelen ser los mejores. Era un domingo de finales de enero y no teníamos nada por delante.
Despertamos pronto, porque estamos acostumbrado a ello, salí a comprar pan, desayunamos y decidimos ir a andar. El cielo estaba despejado, una brisa liviana acariciaba las hojas de los árboles. Nos montamos en el coche y fuimos a Málaga. Aparqué en un extremo del paseo marítimo, cerca del palacio de los deportes Martín Carpena y comenzamos a andar. Fue algo inesperado, casi sin pensar. Anduvimos hasta llegar al Centro de Arte Contemporáneo (CAC) y entramos a ver una exposición que nos agradó a todos.
La exposición era de Dionisio González, un artista totalmente desconocido para mí. Fotografías, fotoesculturas, maquetas, un cruce entre arquitectura, diseño y fotografía aderezado con muchísima imaginación. Un viaje por paisajes urbanos de distintos lugares del planeta. Mucha tecnología aplicada a la imagen como soporte. Entretenida, divertida, curiosa... Nos gustó.
Me gustaría también señalar que una obra de Jorge Hernández me maravilló. Os pongo la foto del cuadro. Ese coche, ese entorno, esa mujer, esa paleta de colores... maravilloso!
Tras la terminar de disfrutar de la exposición, de vuelta por el paseo marítimo, paramos a tomar algo para comer y, seguidamente, en un agradable paseo en coche regresamos a casa con la sensación de haber aprovechado el domingo.