viernes, 8 de junio de 2018

Silvia Pérez Cruz en el Teatro Cervantes

Un mes después del concierto de Luz Casal llegaba a Málaga el concierto de Silvia Pérez Cruz. En esta ocasión sí que hacía tiempo que habíamos adquirido un buen par de entradas en el patio de butacas. Además muy buenas, centradas y en las primeras filas.

Era mi primera ocasión con Silvia, y se presentaba en un formato algo distinto a lo habitual. Un quinteto de cuerda: dos violines, una viola, un violonchelo y un contrabajo. De manera que presentaba las canciones adaptadas a la nueva presentación. Según explicó le apetecía desnudar sus canciones y devolverlas a como vinieron al mundo, porque muchos de sus temas nacen acompañados con su voz y una guitarra, y poco a poco van creciendo y se le van añadiendo instrumentos y cambios hasta que se hacen adultas y salen a la luz.

Este concierto, o mejor dicho, esta gira, Vestida de nit, -según explicó la propia Silvia- era un poco volver atrás, olvidarse de lo anterior y comenzar de nuevo. Un regreso al origen de las canciones. También fue explicando  un poco por encima cosas distintas de las canciones: como se le ocurrió la letra, de qué manera nació la idea o bajo qué circunstancias creó tal o cual canción, porque algunos temas de Silvia han sido por encargo y han servido de bandas sonoras de películas.

Silvia Pérez Cruz igual te canta en castellano, que en inglés, en portugués o en gallego. Toca muchos palos, para mucha gente demasiados, pero a mí me gusta ese atrevimiento, esa versatilidad creo que la enriquece tanto a ella como a su música. Cantó Hallelujah de Leonard Cohen, y ya con eso me ganó, pero también Mechita, Loca o No hay tanto pan. Disfruté el concierto enormemente. Vuelve pronto Silvia.

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