domingo, 8 de febrero de 2009

Rock

En estos momentos estoy machacándome los oídos con rock del bueno. Rock sucio, potente, vigoroso, del que te hace sentir el mundo a tus pies, del que te hace sudar porque te obliga a saltar, a no parar, a moverte al ritmo que entra directo en vena, y te invita a soñar con los ojos abiertos.

Mi mujer dice que me vuelvo loco, que incluso parece que estoy poseído. Tiene razón. Estoy verdadera y totalmente poseído por cantidad de decibelios golpeando mi cerebro, bombeando mi corazón, cogiéndome de la mano, arrastrándome a una espiral de golpes de baquetas y riffs de guitarras.

Sentir el rock no es cualquier cosa. Es un aprendizaje, hay que saber dejarse llevar. Hay que hacerlo tuyo. Tienes que sentir que estás allí, justo delante, agarrando tu guitarra o tu micrófono. A veces se elige, a veces no. La música te guía. No hay reglas. Cada canción tiene su forma de tirar de ti, e incluso la misma canción en distintos momentos tendrá distintos resultados. Cada persona lo vive de una manera única. Hay que aprender a abandonarse. Buscar dentro de cada uno lo que le empuja. Es un don que no todo el mundo tiene y yo soy el mayor de los afortunados. ¡Soy el más jodido y puto afortunado de este planeta!

Cuando finalmente el rock te atrapa y te engancha como el anzuelo al pez, te arranca del mar, te saca y te lleva a otro plano, donde nunca has estado, algo nuevo cada vez. Entonces no hay solución, porque además no la quieres. El rock es mi droga, mi nicotina, mi válvula de escape. Me despierta, me hace sentir vivo. Siento un huracán cabalgando dentro de mí con ganas de gritar. Y grito. Me sujeta y me empuja. Me suelta y me da la vuelta. Es así de fácil, sólo has de llamar a la puerta y el cielo se te abrirá. Tendrás viajes gratis por un mundo hecho por y para ti. No hace falta leer, ni escribir, ni siquiera mirar, ni hacer ningún esfuerzo. Sólo has de abrir los oídos y te llevarás a Alicia desde el país de las maravillas a ver conejitos a la mansión Hefner si así lo quieres. Se puede compartir o regalar. Tiene buena digestión. Puede durar cinco minutos o tres benditos días de festival.

Que cada cual elija su manera de vivir Le Rock!!

1 comentario:

Alex dijo...

Como escribes cabrón!
Te veo bastante inspirado.
Vivan las resacas, la falta de drogas, las ganas de sexo y el rock n' roll!