jueves, 22 de mayo de 2008

Manteca colorá


Hoy es mi santo. Y sí, ya me he percatado de que nadie excepto mi madre y mi señora se han acordado del día. Es lo malo de tener un santoral que se mueve más que la fecha de cumpleaños de Marujita Díaz. He de confesar que es jodido. Pero quedáis todos exculpados porque yo tampoco me voy a acordar de vuestro santo.

Lo mejor del día ha sido el beso que mi niña me ha regalado por ser mi santo, aunque para ello he tenido que coaxinarla, sobornarla y finalmente obligarla. El fin justifica los medios.

Luego llegaron los regalos: una camiseta para sudar en el pádel y un libro: Manteca colorá de Montero Glez que como todos sabéis es el último ganador del Premio Azorín, eso sí con otra novela. Estoy deseando empezar a leer esta novela de un autor del que el mismísimo Arturo Pérez Reverte ha afirmado sentir envidia.

"Le envidio la prosa a ese hijo de puta. Lo juro. Lo dije alguna vez y lo repito. Soy académico de la Real y me gano bien la vida, pero lo cierto es que hay párrafos de Montero Glez que dejan sin aliento. Que me obligan a volver atrás despacio, casi cabreado, para estudiar palabra a palabra el mecanismo genial que las articula y dispone. Páginas contundentes como un puñetazo o un golpe de navaja en la entrepierna."
APR sobre Montero Glez

Ya os contaré. Hasta otra.

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