El día anterior había asistido al concierto de los Guns N' Roses en el Calderón. Seguía en Madrid con mi cuñado Francisco y no teníamos que coger el AVE hasta primera hora de la tarde. La idea era pasear por la capital, comprar unos regalos a la familia y poco más, pero si era posible, en ese poco más, visitar el Palacio de Gaviria, en la Calle del Arenal, junto a la Sala Joy Eslava.
El atractivo no era tanto visitar el Palacio de Gaviria en sí como disfrutar de la exposición sobre M.C. Escher que allí se exponía. Soy admirador del artista holandés desde hace muchos años. Desde pequeñito. Mi hermano solía comprar todos los meses la revista Muy Interesante y yo me la devoraba vorazmente. Ahí lo descubrí, en un artículo sobre geometría y las matemáticas. Algo así era. No recuerdo bien.
La exposición resultó ser estupenda. Muchas obras de muy buena calidad, muy bien expuestas, adecuadamente documentadas y explicadas, en un entorno precioso, y además como era lunes por la mañana la disfrutamos casi en solitario, sin prisas ni interrupciones.
Lo cierto es que practicamente todas sus obras me agradaron. Las hay que me gustan más y otras que menos, lógicamente, pero casi todas me atraen. Los grabados son maravillosos. Desde sus obras iniciales y de pequeño formato hasta las últimas. Su minuciosidad, su enrevesadas perspectivas, la imaginativa selección de la naturaleza, la creatividad geométrica, en general, todos sus obras tienen esa chispa distintiva que lo hace especial. Las obras realizadas para encuadernar libros, las que hizo de su viaje a Italia. Las estampas nocturnas son verdaderamentes extraordinarias. Una maravilla de exposición. Y por si fuese poco estaba muy bien montada en todos los aspectos. Incluso tenían espacios visuales interactivos muy amenos y divertidos.
Pd: Incluso los precios de la tienda me parecieron adecuados.