martes, 9 de agosto de 2016

Marilyn Monroe 34

Agosto despliega alrededor un halo de pereza y disfrute que probablemente no posea ningún otro mes del año. Hay quien detesta este mes, porque es sinónimo de atascos de tráfico, de calores, de noches sudorosas y de colas casi para cualquier cosa. Todo esto evidentemente depende de la ciudad donde te toque pasarlo. A mí me toca pasarlo en Fuengirola, donde vivo, y aquí -créanme- todo lo que les digo está presente. Muy presente. 

A mí agosto me gusta especialmente porque en él disfruto de mis vacaciones. Ayer justo las comencé y disfruté todo el día escuchando música, leyendo, viendo la tele y jugando con los niños. Cada cual se refugia en lo que más le cobija. Yo tengo muchos lugares de encuentro, caminos que son de vuelta a casa. Marilyn Monroe -según he leído- gustaba de darse un buen chapuzón. Tampoco está mal.


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