Hacía bastante tiempo que no aprovechaba tanto un día. Por la mañana temprano fuimos Pepi, Sofía y yo a Mijas pueblo donde habíamos quedado para desayunar con mi hermano José Miguel. Nos invitó en un bar que me encantó "La Bóveda", chiquitito pero muy acogedor, familiar, donde ponen un buen café, pero sobre todo el mejor pan con tomate que jamás tomé. Hay que repetir fijo. Muy recomendado. ¡¡Gracias brother!!
Desde Mijas camino a la casa paramos en el concesionario a comprar el coche nuevo, soltamos la pasta gansa -hipotecados hasta los huesos- y sólo nos queda esperar que lo matriculen. Seguiremos comiéndonos las uñas.
En casa comimos y nos echamos a dormir la siesta los 3. ¡Qué tranquilidad!
Seguidamente dejamos a Sofía con los abuelos Pepi y Miguel mientras Pepi y yo disfrutamos de un espectáculo de magia por los jóvenes ilusionistas holandeses Óscar, Renzo y Mara, en el casino Torrequebrada, que resultó ser muy recomendable. Ya en la segunda parte del show, de casi dos horas en total, la rubísima Mara me sacó al escenario para un truco de magia. Me lo pasé en grande participando. Me hicieron bailar, me sacaron monedas por las orejas, la boca, las axilas y hasta por el culo, con perdón. Estaba forrado y yo sin saberlo. Muy divertido.
Volvimos a casa donde Mª José y Francisco nos recogieron para todos juntos irnos a cenar a un precioso restaurante llamado El Patio, junto al faro de Calaburra -Mijas-Costa-, cenamos de lujo, con un pianista tocando en directo, al que yo, al tropezar con el pie del micrófono le metí el micro por la boca mientras cantaba. Creo que dio la nota más grabe de su vida. En fin. Probé por primera vez en mi vida la carne de avestruz que me supo exquisita. Volveremos.
Después fuimos a tomarnos una copillas por Fuengirola, nos divertimos mucho y pasamos un buen rato, especialmente yo, después volvimos a casa y ... hasta aquí puedo contar.
Desde Mijas camino a la casa paramos en el concesionario a comprar el coche nuevo, soltamos la pasta gansa -hipotecados hasta los huesos- y sólo nos queda esperar que lo matriculen. Seguiremos comiéndonos las uñas.
En casa comimos y nos echamos a dormir la siesta los 3. ¡Qué tranquilidad!
Seguidamente dejamos a Sofía con los abuelos Pepi y Miguel mientras Pepi y yo disfrutamos de un espectáculo de magia por los jóvenes ilusionistas holandeses Óscar, Renzo y Mara, en el casino Torrequebrada, que resultó ser muy recomendable. Ya en la segunda parte del show, de casi dos horas en total, la rubísima Mara me sacó al escenario para un truco de magia. Me lo pasé en grande participando. Me hicieron bailar, me sacaron monedas por las orejas, la boca, las axilas y hasta por el culo, con perdón. Estaba forrado y yo sin saberlo. Muy divertido.
Volvimos a casa donde Mª José y Francisco nos recogieron para todos juntos irnos a cenar a un precioso restaurante llamado El Patio, junto al faro de Calaburra -Mijas-Costa-, cenamos de lujo, con un pianista tocando en directo, al que yo, al tropezar con el pie del micrófono le metí el micro por la boca mientras cantaba. Creo que dio la nota más grabe de su vida. En fin. Probé por primera vez en mi vida la carne de avestruz que me supo exquisita. Volveremos.
Después fuimos a tomarnos una copillas por Fuengirola, nos divertimos mucho y pasamos un buen rato, especialmente yo, después volvimos a casa y ... hasta aquí puedo contar.
1 comentario:
jajajajajaja!!!
Chico, menudo diíta, no? Veo que pasate un sábado completito. Me alegro un montón. por cierto, sabes que a esos magos ya los había ido yo a ver hace un año en la sala de Magia de Torremolinos? Pues sí, y la verdad es que nos gustaron bastante.
En cuanto los sitios de desayunar y cenar... ya me contarás, para ver si los visitamos nosotros también.
Por cierto... hay algo más que contar, no? ;)
Un abrazo, machote
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