¡¡¡Estamos embarazados!!! Ya, ya sé que hace mucho tiempo que parezco que estoy embarazado y que todo lo sospechábais, pero no es eso. La verdadera novedad es que la que lo está, aún sin parecerlo, es Pepi. ¡Yuuuupi! Ya llevaba ella un par de días notándose rara. Que si me noto algo extraña la barriga, que si parece que me cuesta algo más respirar al andar y esas cosas que sólo las mujeres saben... pero el domingo cuando nos despertamos dijo que se notaba "algo realmente distinto", entonces nos miramos y sólo había una forma de saberlo: predictor... y a los pocos segundos... un positivo como un camión. Lo primero que se te pasa por la cabeza es gritar y llorar y reír de alegría, y a mí incluso ganas de silbar. Lo siguiente que pensamos fue en decírselo a nuestros padres y sobre todo a nuestra Sofía. Y eso hicimos. Nos fuimos directos a dar la buena nueva y todos la recibieron con emoción y alegría. Gracias a todos.
Entonces Pepi cayó en la cuenta de que un embarazo conlleva antojos, y que el de hoy iba a ser de kebab. Y eso almorzamos. Y seguidamente al cine, Toblerone incluido, para ver un peliculón que no es para viejos "No country for old men". Recogimos a nuestra dulce Sofía y corriendo para casa intentando llegar antes de que empezara el 7-0 que el Real Madrid le reservaba a un desafortunado Valladolid.
Y así se fue acabando el día, poco a poco, mientras uno va recogiendo los trastos que hay por toda la casa, mientras coloca cada cosa en su sitio y ordena los rincones y aprovecha esos pequeños momentos que le deja el día para ir, al mismo tiempo, ordenando la cabeza, poniendo esta vez otras cosas en su sitio, repasando lo vivido y dándose cuenta de que ya no es el niño que jugaba a los trompos en la puerta de casa con sus amigos, o a las chapas con su hermano, ni es el estudiante de fines de semana locos ni nada de lo que fue y que ahora todo es diferente, más intenso, más auténtico, donde sabes que te la juegas de verdad y mientras repasas esto y mil cosas más, entonces eres consciente de que, a veces, la vida te trata bien y otras no tanto, y que es simplemente una lotería, o suerte o vete a saber, pero cuando lo pones todo en una balanza, sobre todo en un día como el de hoy, y te miras frente al espejo, entonces tuerces la boca con esa media sonrisa que está reservada sólo para esos momentos en los que caes en la cuenta y realmente sabes que estás viviendo los mejores años de tu vida y además eres consciente de ello, lo que lo hace aun mucho mejor. Tomas aire poco a poco, disfrutando del momento, llenando los pulmones, sintiendo como atrapas el aire dentro de ti, y lo vas dejando ir poco a poco, intentando retener ese instante, para más tarde, en otro momento poder volver a él, para cuando la vida te ponga una zancadilla. Y conseguir que ese recuerdo sea tu primer impulso para tomar energías y volver a levantarte. Y otra vez empezar el día tirando los dados, cerrando los ojos, y esperar suerte, y quién sabe, puede que quizás eses día que empiece sea otro día de los que deseas capturar en tu memoria.
Gracias vida.