La Navidad asoma este año antes de que lleguemos a sentir frío en las manos. Casi no apetece la ropa de abrigo aún, y no se llega a hacer uno a la idea de que ya están los turrones y los polvorones en las entanterías de los supermercados.
La ciudad ha empezado a iluminarse con adornos navideños e incluso en la plaza han instalado un espectáculo musical con una inmensa bola de árbol de navidad en la que puede entrar la gente y desde allí vivir la experiencia navideña de primera mano. Los niños se agolpan en la entrada impacientemente para sentirse en el mismo centro de la Navidad.
En Málaga la navidad gira alrededor del espectáculo instalado en la Calle Marqués de Larios, y en nuestra casa no existe la Navidad sin el paseo por la calle Larios. Es posible que sea una de las cosas que más disfruto de la Navidad. La calle Larios es de las calles más bellas y elegantes que he visto, y adornada de navidad, aunque sea algo ostentosamente, lo es aún más.

Volviendo por la autovía, con la música puesta y los niños durmiendo, va uno pensando en las personas que ya no están, familiares y amigos, que tanto celebraban la Navidad y su recuerdo entristece un poco la noche, pero justo miro por el retrovisor y veo a mis dos renacuajos dormidos, contentos de haber vivido este día, y un poco comprendes que a todos nos tocará picar billete, a unos antes y a otros después, pero que mientras estemos en este teatro, hay que intentar disfrutar de la función. That's life!