Para mi cumpleaños pasado mi amigo Miguel me regaló Lo demás es aire, el libro de Juan Gómez Bárcena. Ya me había comentado en anteriores ocasiones que lo había leído y le había gustado mucho, y me recomendó que me lo leyera, que estaba seguro de que me iba a gustar. Como veía que no yo no lo compraba ni lo sacaba de la biblioteca, aprovechó mi cumpleaños y me lo regaló y bueno, como me conoce, ya así, casi que me obligó a leérmelo.
El libro es así, un texto continuo de situaciones ocurridas en un mismo lugar, Toñanes, un pueblo o más bien una aldea cerca de Santander, sólo que en distintos años. Historias entremezcladas en las que Toñanes disfruta tanto de una romería en 1946, o de un ammonite que muere en el Cretácico. Van surgiendo relatos y el autor lleva una especie de cronología adosada a cada historia. A veces en el mismo párrafo se reúnen distintas fechas. Todas las historias entremezcladas.
El hilo es el lugar y el tiempo de las personas que pasaron por allí. Todos de alguna manera coagulan en la historia de Toñanes. Pequeños relatos que van escribiendo la historiografía del lugar. Vidas relatadas que van cuajando, espesando, en el conjunto que son las memorias de las personas que en realidad forman la biografía de Toñanes. Todo concentrado en una aldea pero dispersado en la extensión de milenios de la vida. Todo concentrado en un libro y dispersado, nuevamente, en los pensamientos de millares de lectores.
Una narración compleja pero a la par sencilla, atravesada de recuerdos y ficciones que son un diario personal del lugar del que ya todos los que nos introducimos en su memoria, en sus calles y sus gentes con esta lectura, somos parte de él, o más bien podría decirse que una vez leído, Toñanes ya es parte de nosotros. Me encantó.
Gracias Miguel
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