lunes, 26 de junio de 2023

Cumplir 50 años. ¡No ni ná!

Hay cosas que llegan sin darte cuenta, casi sin querer, como por ejemplo cumplir medio siglo, diez lustros, cinco décadas, 50 años. 18.250 días. Una barbaridad. Esto empieza a dar vértigo no tanto por la altura sino por la velocidad. ¿pensaba yo llegar a cumplir 50 años cuando jugaba a las canicas tirado en el suelo del patio de la casa de mis padres? Seguramente mi cabeza estaba en otras cosas menos sustanciales. No recuerdo lo que yo podía pensar sobre tan vetusto asunto en mis años tiernos, pero sí recuerdo cuando cumplí 40 (antes de ayer) que pensaba que ya había cambiado de década y todavía quedaba bastante hasta la siguiente. Pues ya está. Ya he llegado. Aunque en realidad debería decir que más que que yo haya llegado, digamos que los años me han alcanzado a mí. Por muy preparado que esté uno, al final, siempre se vive como una sorpresa.

Este año decidí celebrar mi cumpleaños como suelo hacerlo, es decir, con mi familia más cercana. Y como la fecha era algo más redonda pues invitamos en un sitio más elegante. Así que nos juntamos en el Mesón El Torillo. Comimos estupendamente creo yo, luego tarta y hasta un copazo, no sin que mi mujer me recordara por enésima vez que no debería tomar alcohol. Mi fatigado esófago se queja a veces, pero bueno, ni todos los días es el cumpleaños de uno ni todos los años se cumplen 50.

50 años más no voy a cumplir, hay que ser consciente, sería casi un milagro más de los avances científicos en medicina que por mérito propio. La vida es una tómbola, como cantaba mi paisana Marisol, y no siempre te va a tocar el premio positivo, a veces toca lo que nadie desea. Así que ya tengo claro que hace tiempo que he pasado el ecuador de mi vida. Lo digo con algo de pena pero también con la consciencia de haber intentado vivir todo lo que he podido o me han dejado y que me quiten lo bailado, que aunque no es mucho, visto lo visto, tampoco me puedo quejar.



miércoles, 21 de junio de 2023

Mi directora de teatro

Mi ya no tan pequeña Sofía se apuntó a la asignatura de teatro en el instituto este curso y su profesor quiso organizar una obra de teatro para que al final de curso puedan representarla todos juntos en el centro. Empezaron a pensar posibilidades, a mover la idea, un brainstroming lo llaman ahora, y no sé cómo pero al final Sofía estuvo dirigiendo la obra, pero también se iba a encargar de escribirla, incluso se encargaba de los ensayos, y del casting y de parte de la escenografía y el vestuario.

Evidentemente todo iba supervisado por su profesor, que estaba ahí dejando trabajar, pero controlando que todo fuese por el buen camino. Primero se encerró en su cuarto a escribir. Le encanta escribir. Luego empezó a darse cuenta que no podía escribir con tanta libertad como suele porque todo tenía que poder representarse sobre las tablas de un escenario. Ahora tenía que encorsetar algo su historia. Tenía libertad, toda la que ella misma se permitiera. Al final consiguió acabarla, una obra de teatro con mucho diálogo. Algunos tuvo que adaptarlos a los actores, sus compañeros. Se la veía disfrutar del proceso.

Poco a poco la obra fue tomando cuerpo y los ensayos fueron avanzando, conforme el día del preestreno se acercaba los nervios crecían, aunque ella, con su desbordante seguridad juvenil afirmaba tenerlo todo controlado. Y, salvo pequeños flecos sin importancia de última hora, era cierto.

El día del preestreno para familiares e invitados todo estaba listo, y en una estupenda localidad bien centrada pude disfrutar, con un orgullo que no cabía en el salón de actos, la primera obra escrita y dirigida por Sofía. No sé si habrá muchas más, todo depende de lo que la vida le tenga preparado. Por ella no va a a ser. Ahora mismo tiene todas las puertas abiertas de par en par.

Al terminar la obra le dieron un ramo de flores como regalo sorpresa. Estaba muy emocionada, y yo también un poquito.


domingo, 18 de junio de 2023

En el Cosquin Rock de Fuengirola

Hacía mucho tiempo que se había anunciado que el Cosquín Rock iba a tener lugar en Fuengirola, en el precioso entorno del Marenostrum. Un par de amigos habíamos pensado ir pero hasta una sorpresa de última hora no lo cerramos. Así que decidimos echar un día de rock con sabor latinoamericano.

Así que llegó el día y el Cosquín Rock comenzó, nunca mejor dicho, con Bocanada, una banda de Navarra que tuvieron el hándicap de tocar a las seis de la tarde en un escenario donde estaba azotando de frente el sol. Cargaron con lo más complicado del festival, comenzar a animar a la gente que andaba todavía ubicándose por el recinto a una hora a la que hasta los lagartos están a la sombra. El cantante de Marea, Kutxi Romero, vecino de la banda, estuvo un buen rato en primera fila viendo el concierto, pero se tuvo que ir porque no lo dejaban tranquilo con tanta foto, pero fue un bonito detalle.  El cantante de Bocanada suele normalmente terminar sin camiseta, pero en este concierto estaba más que justificada la decisión, porque se echó por encima al menos una docena de botellas de agua. ¡Qué calor! Como aperitivo Bocanada no estuvo nada mal.

Tras la banda navarra tocaron Skay y los Fekires que a mí me dejaron muy pero que muy buen sabor de boca en directo. Es posible que fuese la actuación que más me agradó del día. Antes del festival había escuchado poco de ellos, y lo que escuché me gustó. Las letras, los riffs, el buen hacer, me pareció que el flaco, Skay Beilinson, a sus 71 años está en un buen momento. En mitad del concierto tuvo que interrumpirlo porque con las avalanchas de gente se abrieron una barandillas frente al escenario, y tuvieron que parar para arreglarla, pero fue una cosa rápida. Interpretaron varios temas de Patricio Rey y sus Redondos, la banda de la que salió Skay, que fueron muy celebradas entre el público.

La Renga no venía como cabeza de cartel pero probablemente había más gente allí para verlos a ellos que para ver a Marea, tienen muchísimo público argentino y es que la banda de hard rock de Buenos Aires tiene muchísimos seguidores. No debía haber ningún argentino en 100 kilómetros a la redonda que no hubiese venido al concierto. El recinto estaba lleno de argentinos, la mayoría de ellos con la camiseta de la selección argentina de fútbol. Ofrecieron un buen concierto, aunque demasiado movido por parte del público. Tuve la suerte de poder traerme el setlist a casa.

Tras La Renga como colofón final del festival actuaban Marea, la banda de Berriozar, en Navarra, que sonaron muy bien y venían revestidos de un más que notable montaje de luces, y como el concierto fue tarde, algo más allá de las 23:30, y ya era noche cerrada, pudieron lucir su espectáculo luminoso.

Para mi gusto Kutxi Romero estaba más hablador de lo debido y si se hubiera dedicado a cantar más que a hablar, igual hubieran cabido un par más de canciones. Pero bueno, ya son manías mías sobre eficiencia y el aprovechamiento. Y, aunque yo quisiera un concierto más profesional, no todo el mundo piensa igual, por fortuna.


domingo, 4 de junio de 2023

James Yorkston & Nina Persson en el MVA

Hacía pocos días que había podido ver el concierto de Riders of the Canyon en el Centro Cultural María Victoria Atencia de Málaga y regresé al mismo recinto para ver al cantautor escocés James Yorkston junto con Nina Persson, vocalista de The Cardigans, que venían a Málaga a presentar The Great White Sea Eagle, un disco que grabaron junto con The Second Hand Orchestra, si bien en la gira la estaban presentando ellos dos solos. 

Tenía muchísimas ganas de este concierto. Por un lado he de decir que es posible que mi canción favorita de 2021 fuese A droplet forms de James Yorkston, y por otro ¿quién no amó la voz de The Cardigans? Sus canciones marcaron a varias generaciones. Viendo setlists anteriores todo parecía indicar que A droplet forms la iban a incluir en el concierto, pero siempre existe cierta incertidumbre. Lo que no esperaba fue lo que ocurrió, que la cantara Nina. ¡Qué maravilla!

El disco ya de por sí es estupendo y en directo, cantado tan desnudo, parecía que estábamos escuchando el esqueleto de las canciones. Comenzaron con un tema que no conocía, With me with you, que de hecho es un tema que según me comentaron tras el concierto es nuevo y no han grabado pero piensan grabar algún día. Muy bonito vocalmente. Después fueron tocando de manera salteada casi todas las canciones del disco. Por mi parte se llevaron un aplauso entusiasta.

Tras el concierto, salieron a firmar discos y a saludar a aquellos asistentes que decidimos quedarnos para saludarlos. Esa cercanía, ese abrazo al final entre artistas y oyentes, ese cambio de impresiones, es un elogio a la música.

Regresa uno a casa, en el coche, después del concierto, con la satisfacción de la mano de la perplejidad, por haber disfrutado de un concierto que nunca sospeché ni la posibilidad de que algún día lo pudiera vivir.

Pd: Fuimos juntos al concierto María José, Sagri, Juani, Pepi, Francisco, Miguel, Nicolás y yo. Y seguidamente fuimos a celebrarlo juntos allí donde la Mafia se sienta a la mesa.