viernes, 22 de marzo de 2019

Nikki Hill en El Tren, Granada


Anunció Nikki Hill gira por España y una de sus paradas era en Granada, en la sala El Tren. Un miércoles. A una hora y media en carretera. Complicado, pero por fin pude ver a Nikki Hill. Ya se me había escapado en giras anteriores y no quería que esta vez se me esfumara otra oportunidad.

Rafa y yo fuimos a Granada, directos a la sala. Salí del trabajo, me recogió en la puerta y nos fuimos sin perder el tiempo. Vimos un conciertazo. Tienen una banda estupenda. Nikki tiene una voz que me encanta y lleva siempre un ritmo tan contagioso que desde el primer tema ya no puedes parar. Matt, su marido, toca la guitarra de forma desenfadada, como si hiciera algo simple y sencillo y hace que suene tan natural que te crees que lo que hace lo puede hacer cualquiera, pero todos sabemos que no. Laura Chávez es una verdadera superclass tocando la guitarra. Entra y sale de la canción casi sin darte cuenta, pero cuando se va la echas de menos. Es tan precisa que asusta. Nick Gaitan es de esos bajistas que hacen su trabajo, están ahí, con su bajo colgado hasta la tirantez, con los ojos cerrados, sintiendo el ritmo, algo suciete de sonido, pero queda estupendo y parece que disfruta tanto o más que los que estamos abajo en el piso gozando de su música. Marty Dodson es puro nervio, es de esos baterías que sabes que lo pones a tocar con quien sea y va a sacar buena nota. Tenía un toque jazz, y bluegrass. Muy cálido. Lo mirabas y parecía que estaba concentrado llevando la respiración. Muy top. Pero lo mejor de todo, sin duda, es el conjunto, que es espectacular.

Una de esas bandas que piensas que estás obligado a ir siempre que vengan. Que te has de apuntar casi como un pecado no ir a verlos. Y además los discos a mi juicio son cada vez mejores. Aparte de que cada vez que tocan una versión, la mejoran. ¡Muy muy muy recomendable!

domingo, 10 de marzo de 2019

Lord Bishop Rocks en el Louie Louie

Lord Bishop Rocks es una fuerza de la naturaleza. Así, sin tonterías. Para que se hagan una idea Lord Bishop es un negro de potente voz profunda, de casi dos metros de altura, que cuando agarra una guitarra entre sus enormes manos parece un juguete apunto de romperse, en cambio lo que realmente consigue es arrancar enérgicos riffs de rock punk n' funk.

Todo es grandilocuente en Lord Bishop Rocks, su puesta en escena también lo es. Luce una barba teñida de rosa, el pelo rapado lo lleva tapado con un pañuelo cual pirata y sobre el pañuelo va tocado con un sombrero  púrpura, al cuello lleva atado un largo y sedoso pañuelo de flores. Camiseta de Kiss y chaqueta de solapa.

Después de tan extravagante conjunto Lord Bishop se sube al escenario con un vaso de whisky en la mano, y tras una pomposa presentación al micro por el bajista -que tenía acento argentino-, agarra la guitarra, se coloca delante del micrófono y ya no hay nada que reprocharle. Una guitarra como un navajas, riffs al más estilo Prince, solos cual Hendrix y una voz como si John Lee Hooker le hubiera prestado la garganta. Entre trago largo y trago largo de whisky Lord Bishop Rocks fue entremetiendo temas suyos y versiones de sus bandas favoritas y así fue avanzando el concierto hasta las dos horas de duración.

Durante el concierto pidió que le acercaran un disco para promocionarlo y una vez lo hubo mostrado al público me lo ofreció desde el escenario ya que yo estaba en la primera fila. Me lo regaló. Luego en la zona donde venden el merch le compré otro y ya me lo firmó. Conciertazo.


domingo, 3 de marzo de 2019

Un día en Gibraltar

Hace tiempo que teníamos en la cabeza realizar una escapada de ida y vuelta en un día a Gibraltar, pero entre que el calendario está siempre saturado de actividades y que la climatología es a veces caprichosa, lo cierto es que por una razón o por otra al final siempre íbamos postergando la excursión. Pero llegó el día en el que el calendario parecía estar despejado de acontecimientos y obligaciones ineludibles y el cielo completamente despejado.

Madrugamos con la intención de llegar a Gibraltar pronto, para evitar atascos y también para aprovechar el día, porque el centro, las tiendas y la actividad comercial en Gibraltar y la vida en general no va mucho más allá de las 19:00, en muchos casos de las 17:00. 

Accedimos a Gibraltar cruzando la verja fronteriza directamente en coche. Dejamos el coche en un parking y realizamos el paseo completo por la Calle Real o Main Street, frente al City Hall o Ayuntamiento, donde contemplamos el cambio de guardia. También nos hicimos las típicas fotos con las anacrónicas cabinas telefónicas rojas. Al final de la calle compramos un billete que nos permitía subir en teleférico a la cima del peñón y desde allí obtuvimos estupendas vistas hacia Algeciras. También pudimos ver de cerca e incluso fotografiarnos con los famosos monos de Gibraltar, tan ladrones como resabidos.  Incluso realizamos el recorrido por las cuevas y bajamos dando un largo rodeo por todo el parque natural de Gibraltar. Además yo tomé los típicos "fish & chips", que estaban realmente ricos y para terminar de gastar las libras que nos habían dado de cambio compramos algo de chocolate tax free antes de regresar de vuelta.

Es una visita recomendable porque es original e irrepetible, bastante completa pero algo cara, porque todo allí es bastante más caro que lo es en España.

La única pega del día fue que la pobre Pepi se cayó y se hizo bastante en la mano al caer. Por suerte nada que necesitara intervención médica. Aunque el móvil necesitó pasar por el garaje. ¡Qué susto nos dimos con su caída!