viernes, 6 de septiembre de 2024

El murmullo del agua - María Belmonte

No había terminado de leer Los senderos del mar, el anterior libro de María Belmonte, y ya estaba pensando en el siguiente libro que me leería de ella. Tanto me estaba gustando que temía el momento en el que llegara el final. Esa sensación frustrante cuando esperas que un libro nunca acabe. No quería alcanzar esa página sin saber que tendría a mano otro segundo libro de ella para echarme a los ojos.

El murmullo del agua es un ensayo sobre viajes, pero al mismo tiempo es un libro sobre la soledad del viajero en busca de cultura frente al turismo masivo de hacer la foto y seguir. Una especie de reivindicación personal a favor de la pausa, del detenimiento en la observación. También es una guía de viaje a pie, pues la autora nos lleva de su mano a observar los pequeños detalles evocadores de las fuentes y jardines de algunas plazas, tan olvidadas y al mismo tiempo tan presentes, como simple ornamento en mitad de una plaza, cuando en otro momento fueron lugar esencial en el día a día del transeúnte.

El agua, el bien más preciado y en muchos lugares un bien escaso, fue cuidado en la antigüedad hasta hacer de sus espacios de encuentro lugares sagrados y venerados. Pero no sólo las fuentes, también los manantiales, los pozos, las cascadas, los lagos o estanques, hasta los propios ríos y sus arroyos eran lugares de peregrinación. La vida salió de ella y a ella pertenecemos.

Este es un libro a la vez divulgativo y evocador, en el que María Belmonte nos lleva de su mano siguiendo el fluir del agua, con una prosa tan desbordante y burbujeante, que se filtra en nuestro fluir por sus páginas. Capítulo a capítulo va dejando derramar su erudición, que mana con una absoluta naturalidad y hace que el recorrido por este ensayo sea casi como un refrescante baño en un día de sofocante calor.

Por la razón que sea, este libro lo quise leer cerca del límite del agua con la tierra. Fue un placer.

Pd: Pocos días después vino María Belmonte al Colegio de Arquitectos de Málaga a presentar el libro, y junto con mi amigo Miguel nos plantamos allí a ver la presentación. Al acabar me dedicó los libros. Fue un encanto de charla.


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