Es posible que El camino de los ingleses sea el libro más famoso de Antonio Soler, es posible también, que esto se deba, en parte, al empuje que una película (cuando es buena) da a un libro, y más especialmente si la película está dirigida por alguien con la fama internacional del malagueño Antonio Banderas. Lo cierto es que la novela no necesitaba ese empujón, ya venía de ganar el Premio Nadal, y Antonio Soler ya era un escritor reconocido y contrastado antes de escribir esta novela. En 1996 había recibido el Premio de la Crítica por su novela Las Bailarinas muertas, y en 1999 el Premio Primavera con su siguiente novela El nombre que ahora digo. Credenciales suficientes para no necesitar nada más.
Es una novela ambientada en Málaga, donde unos jóvenes con un aire proustiano viven en ese momento en el que se comienzan a perder la inocencia, e inician su camino por la vida adulta. Los primeros trabajos, los primeros besos, sus relaciones, sus sueños... Es un libro coral, trágicamente divertido en el que el autor construye la identidad de una generación a través de unos personajes tan inesperados como extravagantes.
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