domingo, 13 de septiembre de 2020

El candelabro enterrado - Stefan Zweig

Pocas cosas me ponen de tan buen humor como comenzar un libro, pero si el libro está firmado por  Stefan Zweig, el gozo está asegurado. El autor austriaco es para mí un ejemplo de maestría narrativa, ya lo he dicho antes y no me cansaré de repetirlo. Párrafo tras párrafo para enmarcar. Una delicia de lectura.

El candelabro enterrado fue publicado en 1937, cuando Europa era un campo de batalla, la locura se extendía día a día como ráfagas de metralleta, y Hitler ya había puesto en funcionamiento su maquinaria antisemita, los campos de concentración. Zweig que siempre se mostró muy pesimista ante la fatalidad judía, decidió escribir un libro con el que ofrecer una luz de esperanza, un punto de unión para su pueblo. La lástima fue que él no aguantó hasta el final.

El libro nos cuenta una epopeya histórica, una fábula tan antigua como los pasos de los hombres, un peregrinaje a través de la fe, el recorrido vital de un inocente niño hasta un resignado anciano. Una novela corta o un relato largo sobre el viaje de un objeto sagrado, la menorá, el candelabro de siete brazos del Templo de Salomón, que va cambiando de manos desde el inicio de la decadencia del Imperio Romano hasta un final rodeado de leyenda. Durante la búsqueda del candelabro, el destino se verá puesto en manos de un anciano que dudará sobre su capacidad, y necesitará de la perseverancia tanto como su sabiduría.


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